DESDE MI MUNDO

  • Por Mariano Nin
  • Columnista•

Hoy, tener un teléfono inteligente es casi una necesidad. Directorio, internet, portafolio y hasta la información del momento en un solo lugar, al alcance de un click. Los celulares son parte de nuestra vida.

En Paraguay hay más teléfonos móviles que habitantes. Las últimas cifras que encontré hablan que entre 2017 y 2023, el acceso a internet en Paraguay experimentó un notable crecimiento.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

La proporción de la población que utiliza internet aumentó en 17 puntos porcentuales, pasando del 61,1 % en 2017 al 78,1 % en 2023.

Los datos muestran que el 97 % de los paraguayos accede a internet a través de un celular, el 61,8 % desde el hogar, el 25,3 % desde la casa de otra persona, 21,8 % en el trabajo, 11,3 % desde otros dispositivos.

En pocas palabras, las tecnologías están al alcance de 9 de cada 10 hogares. Es bueno. Nos subimos en la calesita del progreso y acompañamos el crecimiento. Pero nos estamos deshumanizando. A medida que avanza la tecnología crece nuestra soledad.

Hoy tenemos 5 mil amigos en Facebook, miles de seguidores en Twitter, TikTok, Snapchat o Instagram, y nadie a nuestro alrededor. Les pasa a los niños, a los jóvenes, a los adultos.

La red nos consume y nos enreda. Tanto que hoy es difícil separar la realidad cotidiana de la realidad virtual.

En estos días hubo un accidente en pleno centro. El choque fue violento y la situación me llamó la atención. La gente se acercaba con el celular en mano. Muchos sacaron fotos y otros tantos filmaron, pero pocos se preocuparon por los accidentados.

Las imágenes fueron transmitidas en vivo a las redes sociales y crecieron los “me gusta” y los comentarios.

Poco después del brutal incidente muchos lo veían desde la casa, la oficina o el colectivo. Es preocupante. Nos estamos vaciando de humanidad. Las relaciones personales sufrieron una transformación y no somos capaces de entenderla.

Las máquinas no podrán suplantar nunca las emociones, podemos perdernos en un mundo maravilloso, pero no encontraremos afectos ni sentimientos. Esa es la realidad. No hay una realidad digital y otra humana. Las máquinas son inteligentes, pero nosotros somos emocionales. Lo demás… es solo una ilusión. Pero esa es otra historia.

Déjanos tus comentarios en Voiz