• Raquel Dentice
  • Director del Club de Ejecutivos

En los negocios, como en la vida, la confianza es el pilar sobre el que se construye el crecimiento. En Paraguay, estamos en un momento clave para reforzar nuestra apuesta por la transparencia, el respeto a la institucionalidad y la confiabilidad jurídica.

Es el momento de redoblar esfuerzos y consolidar un país que ofrezca garantías reales y efectivas para la inversión, el desarrollo y la innovación.

Confío en nuestro país. Creemos en el talento, en el espíritu emprendedor y en la capacidad de adaptación e innovación de nuestros empresarios y profesionales.

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Pero para que el clima de negocios prospere y sea sostenible, necesitamos un compromiso inquebrantable con la integridad de nuestras instituciones. La certeza jurídica, la previsibilidad y el combate a la corrupción no solo son exigencias de la comunidad internacional, sino condiciones esenciales para fortalecer la competitividad del Paraguay en la región y el mundo.

Además de fortalecer la institucionalidad, debemos enfocarnos en el desarrollo de sectores estratégicos que permitan diversificar nuestra economía y su productividad. La exponencial industrialización, la industria del conocimiento y los BPOs (Business Process Outsourcing) representan una oportunidad invaluable para generar empleo de calidad y atraer inversiones. Para ello, el Estado y el sector privado deben trabajar en conjunto para impulsar este proceso, tan indispensable para traducir nuestro crecimiento económico en un desarrollo sostenible.

El Paraguay tiene una oportunidad única. La globalización y la atracción de inversiones extranjeras dependen de nuestra capacidad para demostrar que somos un país confiable, con reglas claras y procesos eficientes. Esas tres condiciones son insoslayables, razón por la cual no podemos volver a postergarlas. Ahora es el momento de “Paraguay”. Nos urge enfatizar claramente este desafío.

Trabajemos juntos en construir una nación donde la seguridad jurídica, la estabilidad institucional y el crecimiento de la industria sean la base segura para el progreso integral de nuestro país.

Desde el sector empresarial, podemos fomentar espacios de diálogo, apoyar iniciativas de fortalecimiento institucional y exigir una gestión pública eficiente y libre de corrupción.

Esta interacción es necesaria. Pues el intercambio de ideas, de críticas y de propuestas puede coadyuvar no solamente para superar problemas arraigados, sino también para unir esfuerzos destinados al progreso y a la modernización general de nuestra República.

Confiamos en el potencial del país. Y en la determinación de quienes, en los hechos, lo construimos día a día. Apostamos por la integridad, la transparencia y el futuro de Paraguay.

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