• Dr. Juan Carlos Zárate Lázaro
  • MBA

Muchas definiciones y comentarios solemos escuchar a diario sobre el dinero. Algunos dicen de él que es sucio, que la gente que lo posee tiende a ser codiciosa, que el amor al dinero es la raíz de muchos males, entre tantas otras cosas.

Sin analizarlo en profundidad daría la impresión de que podría ajustarse a la verdad, pero muchos de los que opinan así lo hacen por falta de educación financiera haciendo que no lo valoremos en su justa medida, pues desde niños muchos de nuestros padres no nos han inculcado sobre la importancia de su uso inteligente y racional.

Cuántas veces nuestros padres, abuelos o tíos nos obsequian de pequeños con un billete y los que observan el acto siempre dejan salir de su boca una exclamación de festejo por lo que acabamos de recibir.

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No es bueno que seamos amarretes, pero su buen uso nos puede dar satisfacciones en la vida, pues nos permiten conseguir bienes que estaríamos precisando en un momento dado o incluso ser “nuestra salvación” ante coyunturas desfavorables que se pudieran presentar.

Por suerte, hoy día tenemos a muchos padres empresarios que les enseñan a sus hijos a que se debe ganar honesta y honradamente, incorporándolos dentro de sus empresas a que se formen y trabajen al igual que otros y percibiendo por ello un salario mensual.

Se constituye en una de las formas que nos permiten ir apreciando en su debida magnitud el valor del trabajo y saber que como recompensa recibiríamos una paga.

Gracias a las lecciones aprendidas de sus progenitores, se han convertido con el tiempo en excelentes continuadores naturales del negocio familiar, iniciándose como pymes, fueron creciendo y expandiéndose y hoy ya están al frente de empresas corporativas.

El dinero en sí no es malo. Constituye una herramienta, como lo es un martillo, que puede ser utilizado para diversos propósitos.

Lo que marca la diferencia no es el objeto sino el motivo de quien usa el martillo o el dinero.

No hace sentido seguir en pleno siglo XXI manteniendo a la gente en la ignorancia sobre la importancia del buen uso del dinero y que se fortalecen y acrecientan a través de una de una buena educación financiera.

Es una pena la desidia de nuestras autoridades educativas, quienes hasta ahora siguen posponiendo inexplicablemente la necesidad de que el manejo de las finanzas personales pueda formar parte obligatoria de la malla curricular, desde el preescolar y hasta el último curso de la media, que permitirá a niños y jóvenes el basamento necesario para a posteriori convertirse en buenos emprendedores.

Hasta hoy, muchos maestros se resisten a enseñar a los chicos acerca de la importancia que reviste el manejo racional del dinero, pues en la práctica muchísimos viven sobreendeudados por no ser ordenados financieramente.

Seguimos autoconvencidos de que el dinero podría traer complicaciones a los seres humanos, lo cual es una falacia.

Se imponen cambios estructurales y que temas sobre el manejo de nuestras finanzas personales sean incluidos dentro del curriculum como materia obligatoria desde el preescolar y hasta el último año de la Media y dejar de lado seguir dándole énfasis al nombre de todos los ríos y arroyitos que tenemos en el mundo que no aportan mucho valor agregado y tampoco nos “sacarán de apuro”, y menos nos darán de comer en un momento dado.

Los efectos colaterales acerca de su buen uso muchas veces no aparecen sino después de varios años de haber culminado la universidad.

Es allí cuando ya siendo profesionales nos damos cuenta de que nuestras expectativas de carrera no están evolucionando como hubiéramos deseado, haciendo que los sueños que podíamos haber tenido antes de graduarnos sigan posponiéndose en el tiempo.

Los principios básicos del éxito económico-financiero son sencillos. No hace falta ser muy inteligente ni demasiado culto para tener la capacidad económica necesaria que nos permitan la cobertura de nuestras necesidades.

¿Cuántos de nosotros en nuestro país poseen títulos de doctorado o maestrías en diversas disciplinas y sin embargo no logran despegar para lograr éxito e independencia económico-financiera que le pueda dar estabilidad y tranquilidad a futuro? Así de simple.

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