• por Claudio Acosta
  • Director del Club de Ejecutivos del Paraguay

“El aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo”. Este proverbio chino es el origen, junto a las investigaciones del matemático y meteorólogo Edward Lorenz, de la teoría física: el efecto mariposa.

En un sistema no determinista pueden pequeños cambios conducir a consecuencias totalmente divergentes. Una pequeña perturbación inicial, mediante un proceso de amplificación, genera un efecto considerable a medio y corto plazo. El movimiento desordenado de los astros, el desplazamiento del plancton en los mares, el retraso de los aviones, la sincronización de las neuronas, son todos movimientos que pueden conducir al caos de un sistema.

¿Y si agregamos los acontecimientos recientes ocurridos en el país sobre corrupción y tráfico de influencias entre los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial?

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¿Acaso, pueden estos hechos causar un caos institucional, económico y social a nivel país? Por supuesto que sí. Son capaces de impulsar el efecto mariposa.

En lo económico, mucho le costó a Paraguay alcanzar calificaciones de grado de inversión con el objetivo de atraer inversiones, mejorar las variables económicas ganando confiabilidad y respeto del mundo. Pero estos hechos no hacen más que expandir ondas negativas sobre estos elementos cubriendo con un manto oscuro nuestra transparencia y confianza. Así, será difícil recibir las tan esperadas inversiones poniéndonos nuevamente en el casillero de países cuestionables y de riesgo importante.

En lo social, el efecto llega a través de la pérdida de credibilidad de nuestros gobernantes, convirtiendo ese descrédito en frustración social. Se robustece la figura del poderoso que con dinero maneja todos los hilos a su beneficio y que los corruptos y delincuentes están más dominantes que nunca. Entonces llega la onda nefasta que nos interpela si vale la pena hacer las cosas bien, si vale la pena cumplir las reglas cívicas que deberían ordenar nuestro progreso. O, en su defecto, da todo lo mismo, a las luces de los hechos acontecidos.

En lo institucional, las ondas del efecto mariposa atraviesan como una daga filosa todo: el Congreso, la Policía, la Justicia. En definitiva, socavan las bases donde se construye y se levanta un país. Si los congresistas están aliados con los delincuentes, en convivencia con las fuerzas de seguridad y los fiscales que son los que deberían cuidarnos y defendernos, entonces, todo puede pasar. Los lobos vestidos de corderos.

Queremos un Paraguay diferente, un país donde las ambiciones personales no estén por encima del bienestar colectivo, donde los hechos que están fuera de la ley sean tratados con el rigor pertinente. Y donde todos los actores, privados, públicos, académicos y de la sociedad civil nos unamos para construir con patriotismo, responsabilidad y entereza, un país a la altura de los sueños y el propósito de todos sus ciudadanos.

Ya no basta con esperar que el cambio venga desde arriba. Debe nacer desde la base de la sociedad. Las organizaciones civiles, los medios de comunicación independientes y los líderes comunitarios tienen un rol crucial en este proceso. Debemos fomentar espacios de diálogo, promover la participación ciudadana y exigir que se escuchen las voces de quienes buscan un futuro mejor. Cada acción, por pequeña que parezca, suma a un movimiento más grande que puede redefinir el rumbo del país.

Por último, es importante recordar que el efecto mariposa no solo se aplica al caos, sino también a la construcción de un nuevo orden. Si cada uno de nosotros asume la responsabilidad de ser un agente de cambio, desde cumplir las leyes hasta denunciar actos de corrupción, podemos crear un efecto dominó positivo.

Un Paraguay diferente no es una utopía, sino una posibilidad tangible si trabajamos juntos, con determinación y esperanza, para convertir este momento de crisis en una oportunidad de renacimiento institucional, económico y social.

Realicemos las acciones correctivas y positivas que tengan un efecto mariposa, pero para que redunde en evolución, desarrollo y crecimiento para todos.

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