• Por Jorge Torres Romero
  • Columnista

Han pasado dos semanas desde que se inició el escándalo de los chats filtrados del diputado Lalo Gomes y a esta altura quedan pocas dudas que cuanto menos, había una estrecha relación entre el señalado líder de la frontera con los principales referentes del gobierno de Mario Abdo Benítez. No es casualidad que en cinco ocasiones el expresidente haya mencionado que “Lalo es nuestro amigo”, en una de sus tantas visitas al Amambay.

Si bien esta parte de la historia sigue siendo ninguneada por la “prensa amiga” del abdismo, resulta más que evidente que a lo largo del gobierno anterior se sucedieron diferentes episodios en los que sus colaboradores estuvieron vinculados a personajes asociados al crimen organizado. Desde Reinaldo “Cucho” Cabaña, pasando por Marcus Vinicus Espíndola hasta Lindomar Reges Furtado.

Estos vínculos despiertan sospechas acerca del financiamiento dudoso de la campaña de Abdo, tal como se evidenció en uno de los chats donde el exlegislador afirma haber puesto un millón de dólares y que muchos medios directamente omitieron. Este me parece un aspecto extremadamente grave y cabe preguntarse dónde están los promotores de la ley del financiamiento político o las autoridades de la Justicia Electoral que debían velar por el cumplimiento de la ley.

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A todo esto se suma la fuerte implicación del exministro del Interior y extitular de la Senad Arnaldo Giuzzio, cuyas actividades directamente favorecieron al crimen organizado y ahora sabemos que también pedía favores al diputado Lalo Gomes. Hasta la senadora opositora Celeste Amarilla en su cuenta de X se mostró sorprendida por el actual del exministro de la Senad y sostuvo que era “imposible explicar” el hecho de que haya venido un alto funcionario ruso para firmar una cooperación con Paraguay en la lucha contra el narcotráfico y “el titular de la Senad le hace recorrer Amambay con el principal narco del Amambay” (sic).

Entonces, la conclusión a la que podemos llegar es que no es mera coincidencia de que estos hechos ahora conocidos se fueron dando en los últimos 5 años. Evidentemente estamos hablando que desde el gobierno de Mario Abdo Benítez –directa o indirectamente– se le puso alfombra roja a los principales referentes del crimen organizado, con Giuzzio a la cabeza. Solo basta mirar las pruebas y armar la crónica para entender la película. Puedo estar equivocado, pero es lo que pienso.

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