- Por Felipe Goroso S.
- Columnista político
¿Se ha enfrentado alguna vez a un escenario complejo? Una situación de falta de consenso, de disensos internos y externos o incluso de crisis. Cada uno de estos son distintos, si se los conoce, identifica y trabaja de manera profesional, tienen diferencias conceptuales y en su abordaje. Y nos referimos a una situación verdaderamente difícil, una que haya podido o querido evitar. En todos estos años me ha tocado ver y administrar esta tesitura con bastante frecuencia y estoy seguro de que a los que siguen esta columna también les ha pasado. Una amplia mayoría que la lee es del universo de la política y de la comunicación en sus más diversas formas y papeles.
En este tiempo, me ha tocado como asesor y observador de la política paraguaya en escenarios desde los más sencillos hasta extremadamente difíciles. Vivir estas experiencias desde dentro, desde la cocina de las mismas, ayuda a una mejor comprensión de las mismas y poder pensar y obrar de una manera más eficaz y eficiente, me hizo escribir esta columna sobre este tema en este momento. Como primera medida, hay que entender que no existe una receta genérica que se pueda aplicar a todos los escenarios y protagonistas. Sepa el político, dirigente con cierto grado de responsabilidad, empresario que, si se la recetan, está ante un vendehúmo de los muchos que hay en nuestro país en este gremio de la asesoría. Esa es una de las falencias, somos muy pocos los que realmente trabajamos en esto. Y no estamos para falsas humildades.
¿Cómo actuar ante una situación hostil, el acoso, la manipulación, la agresión o incluso la violencia en cualquiera de sus formas? En política es parte de la cotidianeidad enfrentar situaciones difíciles, hablar ante un público intimidatorio, debates con personas que tienen un punto de vista diametralmente opuesto al de uno, disputas sectarias, encuentros con partidarios de tesis diferentes, manipulaciones de grupos corporativos mediáticos, desinformación, acoso que apunta a medrar la moral, o incluso la agresión física. Experiencias vividas, análisis de hechos concretos y asesoramiento a protagonistas en distintos niveles de decisión y liderazgo, nos permite proponer una reflexión para afrontar mejor las situaciones difíciles de toda índole.
La base fundamental son tres principios: la objetivación, la escucha activa, y la afirmación argumentada. La alquimia de estas últimas forman un protocolo todoterreno. En las manos correctas configura un esquema de actuación que se puede aplicar gracias a la experiencia del asesor y a la disciplina y sinceridad del asesorado, pero también gracias al estudio de recursos utilizados en determinados momentos de la historia política en todo el mundo.
La política, esa mala palabra que empieza con p y termina con a, y los políticos se enfrentaron, se enfrentan y se enfrentarán a situaciones difíciles, de disenso o de crisis. Cada día cobra más relevancia comprenderlas en su real dimensión, asumir que se precisa ayuda profesional y prepararse para superarlas. Y no solo desde el lado de lo jurídico, los problemas políticos se abordan desde la política y la comunicación. Con un núcleo y líneas discursivas concretas, con mucha preparación (incluso psicológica), de manera concreta y pragmática, con la certeza de que el electorado está muy atento a cómo sus líderes resuelven sus diferencias, y también de que cada uno de nosotros tiene un papel que desempeñar.