DESDE MI MUNDO
- Por Mariano Nin
- Columnista
“La muerte no es el fin… es parte del viaje”. ¿Qué es la muerte? ¿Qué es la vida? ¿A dónde vamos?
Desde siempre nos hacemos las mismas preguntas, y cada cual tiene sus propias respuestas.
Yo pienso que la vida y la muerte son un mismo viaje. La muerte no es como la percibimos, solo es el nombre de un proceso, porque no es más que el paso a otra dimensión. Hay un cielo infinito y es el destino del viaje.
Buenos, malos, creyentes, no creyentes, todos terminamos en el mismo lugar. Un lugar donde todos nos volvemos iguales y sentimos lo mismo. Por eso el Universo es infinito. Para que entremos todos, sin distinción, sin prejuicios, sin miedo.
La tierra, el mundo, es solo la sala donde hacemos la penitencia, cada cual a su manera. Un viaje infinito. Siempre vuelve a comenzar, y con cada final nos acercamos a un nuevo comienzo.
Por eso la “muerte” solo es un nombre que le damos a algo. Y duele, claro que duele. Es parte del proceso. Nos apegamos a las personas que amamos y eso nos enceguece, no nos damos cuenta de que el amor es una cadena y vive en los recuerdos.
Me gusta pensar que el ser humano es el más grande accidente del universo con sus glorias y sus fracasos. El accidente de un ser superior, una fuerza infinita con un poder sin límites. Un accidente imperfecto en toda su grandeza indescifrable.
Y la vida, porque le dimos ese nombre, solo es una parte del viaje. Puede que en el camino vayamos ganando, perdiendo, encontrando, dejando. Pero cuando lleguemos a destino vamos a darnos cuenta de que lo más importante no son las cosas que conquistamos, sino las que llevamos en el corazón y las que dejamos en los corazones. Si llegamos a destinar cargados de buenos recuerdos habrá valido la pena. Al final no nos llevamos nada, solo lo que dejamos en las personas que amamos.
Les dejo una parte de una poesía que me gusta mucho y que relata otra percepción de la muerte muy parecida a lo que siento yo:
“No son los muertos los que en dulce calma
la paz disfrutan de su tumba fría,
muertos son los que tienen muerta el alma
y viven todavía”.
“No son los muertos, no, los que reciben
rayos de luz en sus despojos yertos,
los que mueren con honra son los vivos,
los que viven sin honra son los muertos”.
“La vida no es la vida que vivimos,
la vida es el honor, es el recuerdo.
Por eso hay muertos que en el mundo viven,
y hombres que viven en el mundo muertos”.
Pero esa… esa es otra historia.