Muy a pesar de los predicadores del mal y después de atravesar varios intereses políticos y empresariales, la Costanera de Asunción puede dar el primer gran paso para su modernización en beneficio de la ciudadanía. Los grupos de poder que se oponen no están precisamente preocupados por el destino del dinero que generará la subasta a la alza, sino porque temen que el desarrollo en la zona les provoque pérdidas económicas en las proyecciones que han desarrollado en el bautizado como “el nuevo corazón de Asunción”.
Este mismo grupo se encargó de “matar” el centro de la capital del país, que ahora, a pesar de la persecución macabra y despiadada, la administración municipal y central están reactivando.
La subasta de las 6 hectáreas de la Costanera Norte será la punta de lanza para el desarrollo inmobiliario del lugar. Este acto que se realizará esta semana no tiene límites de participantes. Podrán participar empresas nacionales y extranjeras. El precio base, G. 28 mil millones por hectárea, se estableció con tres tasaciones diferentes. A diferencia de la Costanera de Encarnación, la de Asunción no recibió ni un solo guaraní de alguna binacional. Será el aprovechamiento de unas tierras ociosas en donde no se podrán instalar industrias, maquilas, fábricas, frigoríficos, nada que vaya en contra del entorno del ambiente. Sí se pueden instalar restaurantes, universidades, oficinas, departamentos y otros emprendimientos.
Todo esto puede ser posible, insisto, a pesar de sectores políticos que se oponen porque cabalgan con su oposición para construir capital u otras personas que buscan visibilidad para ingresar a la arena política.
La semana pasada expusimos en “La caja negra” lo que ocurre con los terrenos ociosos municipales en la zona ribereña. Con los años se van formando vertederos clandestinos donde los vecinos deben convivir en medio de un ambiente insalubre. Los lugareños enfrentan una realidad cotidiana marcada por olores nauseabundos, proliferación de moscas y contaminación generalizada.
Se estima que existen numerosos puntos de acumulación irregular, agravados por la quema de basura. Estos focos representan un problema de salud pública y un retroceso para la recuperación ambiental de la ciudad. El desafío es grande, pero también lo es la oportunidad de construir una ciudad más sostenible.
Con hoja de ruta en mano, legitimidad en las aprobaciones de los proyectos y rendición de cuentas, no debe existir ningún grupo de poder que detenga el desarrollo de nuestra ciudad. Alguna vez debemos pegar el salto en beneficio de la gente y no en beneficio de una familia que a base de extorsión y chantaje acumularon fortuna. Puedo estar equivocado, pero es lo que pienso.