• Por Paulo Almeida
  • Profesor de Liderazgo y Perso­nas en la Fundação Dom Cabral, Brasil

La innovación se ha con­vertido en la fuerza motriz del éxito de las organizaciones en un mundo cada vez más competitivo, complejo y digital. En este contexto, el rol del liderazgo está en constante evolución.

Hoy, más que nunca, necesi­tamos líderes innovadores: personas capaces de pensar más allá de los límites esta­blecidos, cuestionar el status quo e inspirar a los equipos a encontrar soluciones crea­tivas para problemas globa­les y locales. Esta demanda es especialmente relevante en Brasil, en particular, y en América Latina, en gene­ral, ya que ambas regiones enfrentan desafíos económicos, sociales y estructu­rales que requieren cambios audaces y transformadores.

Todo esto, considerando los datos de nuestro más reciente Estudio Anual sobre Lide­razgo Brasileño 2024, de la Fundación Dom Cabral, que analizó 139 empresas priva­das y organizaciones públi­cas, a partir de respuestas de CEOs, presidentes, vice­presidentes, directores y alta dirección. El principal hallazgo de este estudio es que las empresas y organi­zaciones brasileñas necesi­tan integrar más a sus partes interesadas y centrarse en el cliente más que en los proce­sos internos. Asimismo, las empresas y organizaciones brasileñas deben seguir tra­bajando en el liderazgo inno­vador y sus redes y ecosiste­mas. Estos líderes también están abiertos a nuevas for­mas de pensar, aprovechando la diversidad de opiniones y experiencias. Entienden que el conocimiento puede pro­venir de cualquier lugar y que las mejores soluciones a menudo surgen de cola­boraciones multidiscipli­narias e interculturales. En Brasil, con su diversidad cul­tural y riqueza de recursos, esta mentalidad podría abrir puertas para avances signi­ficativos en sectores como tecnología, agroindustria y educación. A pesar de con­tar con una población joven y emprendedora, Brasil aún carece de líderes que abra­cen la innovación en su esencia. Muchas empresas, especialmente grandes cor­poraciones, aún se aferran a modelos tradicionales de liderazgo, centralizados y reacios al riesgo.

Esto no solo limita el cre­cimiento, sino que también impide que el país alcance su verdadero potencial en el escenario global. La edu­cación ejecutiva desempeña un papel crucial en cambiar esta realidad. Es necesario formar líderes que compren­dan el poder de la innova­ción, no solo como una tendencia, sino como una necesidad estratégica.

Los programas de liderazgo que fomenten el pensa­miento creativo, la agilidad y la capacidad de adapta­ción son fundamentales para que podamos enfren­tar los desafíos de un mundo en rápida transformación. El liderazgo innovador es la vía para enfrentar los desa­fíos complejos y globales del siglo XXI. En Brasil, la nece­sidad de líderes capaces de transformar mentalidades y prácticas tradicionales en nuevas formas de pensar, actuar y liderar es urgente. Invertir en líderes innova­dores no es solo una cues­tión de competitividad, sino una necesidad para garan­tizar la prosperidad futura de nuestras organizaciones y de la sociedad en su con­junto.

De hecho, necesitamos más líderes innovadores. ¡Es un hecho!

“Hoy, más que nunca, necesitamos líderes innovadores: personas capaces de pensar más allá de los límites establecidos, cuestionar el status quo e inspirar a los equipos a encontrar soluciones creativas para problemas globales y locales”.


Esta situación también afecta al empleo, ya que al aumentar los precios seguramente las ventas se verán disminuidas. Y, en consecuencia, las empresas tendrán que ajustar sus plantillas de personal.

Dejanos tu comentario