- Por Ariel Ruiz Díaz
- Ariel Ruiz Díaz es consultor en comunicación inclusiva y accesibilidad. Apasionado por la comunicación, la tecnología, el deporte y la investigación.
Durante mucho tiempo, sentí que mi voz, como la de muchos otros, estaba silenciada en las aulas. Como persona con discapacidad he vivido en carne propia las barreras que impiden una educación equitativa. Sin embargo, hoy, con el lanzamiento del “Himno de la inclusión”, siento que mi voz finalmente está siendo escuchada.
Recuerdo mi infancia en la escuela. Era diferente, y esa diferencia me hacía sentir aislado. Mis compañeros no siempre entendían mis necesidades, y los profesores a menudo me dejaban de lado. Soñaba con un lugar donde todos fuéramos iguales, donde pudiera aprender y crecer junto a mis compañeros.
El “Himno de la inclusión” me ha dado esperanza. Sus letras hablan directamente a mi corazón y me recuerdan que tengo los mismos derechos y oportunidades que cualquier otra persona. Cuando escucho la canción, me siento parte de algo más grande que yo, parte de una comunidad que lucha por un futuro más justo y equitativo.
Este himno no solo es un símbolo de mi lucha por la inclusión, sino también una herramienta poderosa para generar conciencia. Al cantar juntos, estudiantes, docentes y padres de familia, nos comprometemos a construir escuelas donde todos seamos bienvenidos y valorados.
El lanzamiento del “Himno de la inclusión” es un paso importante hacia una educación inclusiva en Paraguay. Sin embargo, el camino aún es largo. Necesitamos seguir trabajando juntos para eliminar las barreras físicas, actitudinales y pedagógicas que impiden que todos alcancemos nuestro máximo potencial.
Este himno debe ser un recordatorio de que la inclusión no es solo una cuestión de justicia social, sino una inversión en el futuro del país. Al educar a todos los niños y niñas, construimos una sociedad más fuerte, más equitativa y más inclusiva.
Invito a todos los paraguayos a unirnos a este movimiento. Cantemos juntos este himno y hagamos de la inclusión una realidad en nuestras escuelas y comunidades. Juntos podemos crear un Paraguay donde todos tengamos las mismas oportunidades de aprender y crecer.
Este himno no solo es un símbolo de mi lucha por la inclusión, sino también una herramienta poderosa para generar conciencia. Al cantar juntos, estudiantes, docentes y padres de familia, nos comprometemos a construir escuelas donde todos seamos bienvenidos y valorados.