El culebrón que montó el Grupo Vierci sobre el clan Rotela se convirtió en el hazmereír de la opinión pública, con memes y burlas, pero lo penoso es que expone a una prensa sin escrúpulos, perjudicial, carente de ética y con trastornos bipolares.
Exhibieron un video en el que se observa a Armando Javier Rotela, con un trozo de tela y una diminuta botella intentando destruir una de las cámaras de seguridad. Esta imagen fue suficiente para que todos los escribas y perifoneros del zar del contrabando monten la farsa de que “el clan Rotela controla el penal”. Como siempre, desapegados a la verdad y maximizando un hecho controlado sin incidentes hace dos meses, lo han presentado como la exclusiva del medio en forma desproporcionada.
Un colega argentino siempre fustigaba la desproporción de los medios a la hora de presentar una noticia. Si con un pedazo de tela Rotela controla el penal de máxima seguridad, debería estar siendo requerido por la NASA. Si este pool de medios no hubiese estado sometido al abdismo, ¿cómo habría titulado la real toma de la cárcel de Tacumbú del clan Rotela? Por cierto, la toma real de Tacumbú fue un hecho prácticamente ignorado por ellos. Llegaron al punto de felicitar a una exministra de Justicia, quien en medio de una toma de la cárcel de Tacumbú, con decapitados, rehenes y amotinamientos, armas y drogas, no con un pedazo de tela, ingresó “valientemente al penal” a entregarle un celular y ponerse a disposición para lo que ordene el “señor Rotela”.
Pero más allá del bluf del conglomerado de medios, queda clara la pretensión mal lograda: erosionar uno de los logros más significativos del gobierno de Peña, haber desmantelado al clan Rotela que durante años utilizó el penal de Tacumbú como su centro de operaciones al servicio del crimen organizado.
El operativo Veneratio cambió por completo el paradigma sobre el manejo de las cárceles. Un operativo que durante el gobierno de Abdo ya estaba listo para realizarse, la estrategia la diseñaron los profesionales en seguridad. El problema fue la cabeza del ejecutivo (Marito) que, por un lado, no tenía las agallas para hacerlo y, por el otro, siempre con un guiño hacia el crimen organizado.
Tan irrisoria fue la forma de la presentación de la noticia que el tema duró lo que vale, nada. Un referente del crimen organizado encerrado en una celda, aislado, no estará precisamente arrodillado con un rosario en manos pidiendo clemencia, sino alborotado por el encierro luego de tanto poder e impunidad y siempre buscará la forma de volver a lo que fue alguna vez. Ojalá que ello no ocurra nunca más, aunque sus padrinos reaparecieron en política y la prensa amiga amplificando sus andanzas. Puedo estar equivocado, pero es lo que pienso.