- Por Felipe Goroso S.
- Columnista Político
Si nos preguntamos por el papel de los medios en el campo político, es en tanto que tendrían influencia sobre la opinión de los ciudadanos y, por lo tanto, como contrapartida, influencia sobre las estrategias políticas y comunicacionales de los políticos. Ahora bien, cada vez surgen más dudas sobre la índole y la importancia de las relaciones de influencia entre los medios y la opinión. Para poder evaluar el impacto de una información sobre el público, habría que saber que es esa opinión. Está visto que la misma puede ser fragmentada, puede ser una opinión civil que emite juicios sobre hechos políticos, una opinión ciudadana con cierto volumen o la correspondiente a una opinión militante más focalizada.
Analistas están divididos acerca de esta influencia y producen diferentes teorías. Algunos, esencialmente los que trabajan sobre el hecho político, minimizan su alcance, argumentando que hay fenómenos estructurales de la acción política que se imponen y dejan sin efecto toda explicación por el papel que los medios podrían desempeñar, incluso sobre el comportamiento. Otros, por el contrario, tratan de probar esa influencia mediante estudios sobre la forma en que el discurso mediático es recibido.
Cuando nos interrogamos acerca de los medios, hay que empezar por preguntarnos que grupo empresarial de medios informa, quién lo hace, con que intenciones y que procedimientos usa. A pesar de la idea que circula, no se trata de un periodista, sino de lo que llamamos una “máquina de informar’”. En efecto, el periodista se halla en el terreno de un acontecimiento y lo cuenta, o el que trata de analizar y explicar los hechos, sabe que su artículo será tomado por la redacción de la empresa periodística. Además, ese artículo, si bien es leído u oído, lo será por personas desconocidas por el periodista.
La instancia informativa se halla en una situación en la cual debe resolver varios problemas. En primer lugar, ante la gran cantidad de hechos que se producen a diario, seleccionar de aquellos sucedidos o que están sucediendo al momento los que serán convertidos en noticias. Estos hechos dependen a la vez de los acontecimientos imprevistos o previstos que surgen en la vida social y de la agenda política que es impuesta por decisiones, declaraciones y acciones de toda clase que son iniciativa del universo político.
Una vez seleccionados los hechos, hay que jerarquizarlos, describirlos, contarlos y explicarlos. Al problema precedente de la selección de los hechos, se le agrega ahora el de su puesta en escena, ya que la instancia informativa está sometida a la ley implacable de la captación: hay que seducir al público. Toda empresa periodística es, ante todo, una entidad que necesita recursos financieros para vivir. Estos recursos dependen de las ventas de publicidad; y los espacios son vendidos tanto más caro en la medida en que los mismos tienen mayor audiencia o por su peso e influencia en la agenda. Estos factores algunas veces coinciden y en otras no.
Con ese objetivo, los medios usan estrategias que no difieren demasiado de las políticas, es decir, líneas discursivas susceptibles de llamar la atención del público, mantener su interés, solicitar su emoción y transmitir explicaciones que deben ser comprendidas por todos. Técnicas para narrar y describir los acontecimientos, comentarlos y ponerlos en debate. Narran los acontecimientos de acuerdo a guiones dramáticos de combate para suscitar movimientos emocionales diversos: antipatía hacia los agresores, de simpatía hacia los salvadores o de compasión hacia las víctimas. En un espacio de debates, que supuestamente alimentan el espacio de discusión haciendo que se enfrenten opiniones opuestas para esclarecer las del público, son presentados como justas oratorias, o incluso espectáculos de combates retóricos que, a fin de cuentas, convierten las opiniones en juicios pasionales.
Cada tanto, y aunque para quienes estamos en este mundo puedan parecer obviedades ampliamente conocidas, viene bien refrescar la memoria y volver a traer al tapete estos análisis que nos recuerdan el lugar que ocupa cada uno de los protagonistas.