• Por Víctor Pavón (*)

De los seis sectores de la Caja de Jubilaciones y Pensiones o Caja Fiscal, solo el de los empleados públicos está con un 21 por ciento de superávit. Los demás son deficitarios: magistrados judiciales con el 31 por ciento; docentes universitarios con el 18; militares con el 75; policías con 67 y los maestros con el 46 por ciento.

En menos de cinco años todo el sistema jubilatorio estatal dependerá del sector privado mediante impuestos y endeudamientos: ¡una bomba de tiempo!

Dentro de tres años el impacto podría ser del 2 por ciento del producto interno bruto (PIB) con más de 500 millones de dólares a ser financiados por el Estado o lo que es mismo, pagado por los contribuyentes.

Un giro peligroso para el país como para su economía y en el terreno de la política se abrirá una caja de pandora de sorpresivas como dañinas consecuencias. Muchos políticos buscarán congraciarse con sus ocasionales votantes. Sin embargo, la financiación no podrá ser soportado únicamente por los impuestos actuales, sino con más tributos a crearse o a ser incrementados y con más endeudamientos. Este trayecto será el infierno del populismo rampante.

El populismo estatista tiene características comunes. En todas partes los políticos y burócratas afirman que los problemas sociales se solucionan sacando más dinero al sector privado y lo hacen mediante la coerción de la ley.

En un país que empieza a despegar la insostenibilidad de la Caja Fiscal se tratará de corregir con más tributos y deudas. Paraguay quedará encerrado en un círculo vicioso.

Podremos hacer despegar la economía nacional como ocurre ahora, pero no iremos lejos. El problema es que no habrá suficiente combustible o lo que es lo mismo, riquezas producidas por el sector privado medido para financiar el sistema jubilatorio y de pensiones.

La situación actual es suficientemente grave. De manera que expuesta la situación de manera sucinta en este espacio, considero que resultará erróneo poner en práctica algunas medidas paramétricas como dicen algunos tecnócratas.

Cambiar la edad de jubilación, aumentar la cantidad de cotizantes, formalizar la economía, aumentar la edad de retiro y/o disminuir los beneficios serán medidas “parches” equivocadas en el tema jubilatorio que no van al fondo de la cuestión.

Esta mirada paramétrica propia de los estatistas tecnócratas podrá aumentar la sostenibilidad financiera y fiscal del programa público de reparto que hoy se tiene; pero insisto, todo ello será una solución parche porque permanecerá intacto el mismo perverso modelo, el de reparto.

A fin de apagar esta bomba de tiempo habrá que tener una mirada diferente. Esa mirada y práctica está en la capitalización individual del sistema de jubilaciones y de pensiones y al mismo tiempo hacer crecer la economía mediante la pujanza del sector privado; esto es, individuos, familias y empresas que cooperan en libertad y propiedad privada y que no tienen sustitutos para la creación y la distribución de riqueza.

(*) Presidente del Centro de Estudios Sociales (CES). Miembro del Foro de Madrid. Autor de los libros “Gobierno, justicia y libre mercado”: “Cartas sobre el liberalismo”; “La acreditación universitaria en Paraguay, sus defectos y virtudes” y otros como el recientemente publicado “Ensayos sobre la Libertad y la República”.

En menos de cinco años todo el sistema jubilatorio estatal dependerá del sector privado mediante impuestos y endeudamientos: ¡una bomba de tiempo!


Cambiar la edad de jubilación, aumentar la cantidad de cotizantes, formalizar la economía, aumentar la edad de retiro y/ o disminuir los beneficios serán medidas “parches” equivocadas en el tema jubilatorio que no van al fondo de la cuestión.

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