La reciente calificación de “investment grade” otorgada a Paraguay por la agencia de riesgo Moody’s marca un hito trascendental en la historia económica del país. Este reconocimiento no solo es un testimonio de la solidez macroeconómica y fiscal que ha logrado Paraguay en los últimos años, sino que también representa una oportunidad única para emprender las grandes reformas necesarias que llevarán al país a un nuevo nivel de desarrollo económico y social.
Lo subrayó el economista y Premio Nobel Paul Krugman: “La productividad no lo es todo, pero a largo plazo es casi todo”. La competitividad del país aumentará únicamente si las políticas públicas van encaminadas a mejorar la productividad, para eso hay que invertir, y este momento es propicio para que el Gobierno abra la mano al “endeudamiento con cabeza”. Santi Peña debe priorizar y comenzar a abordar reformas que o se emprenden desde ya o pueden llevar de nuevo al país a un proceso de estancamiento en un futuro.
En mi reciente viaje a Paraguay descubrí cómo el país con el suministro de electricidad más limpio y sostenible del mundo puede tener un problema grave de demanda en pocos años si no se emprende pronto una reforma del sistema eléctrico. Esto implica modernizar la distribución dando estabilidad a la red y diversificar la matriz energética impulsando a la energía fotovoltaica para evitar la gran dependencia de Itaipú y Yacyretá. Garantizar la energía es indispensable para mejorar la atracción de sectores con mayor valor agregado como la industria o la tecnología. De nada sirve incentivar la inversión en Paraguay si el país no capaz de responder a las demandas de las inversiones.
Invertir en energía es tan importante como invertir en talento; en la reforma de un sistema educativo público que responda a las oportunidades que los nuevos tiempos van a crear y para los que Paraguay debe estar preparado. Decía Benjamin Franklin, uno de los fundadores de los Estados Unidos, que “una inversión en conocimiento paga el mayor de los intereses”. Me quedo con esta frase. Energía y formación, estas deben ser las prioridades de Paraguay en estos momentos donde la prima de riesgo permitirá avanzar más rápido si se sabe invertir y endeudarse con cabeza.
Los ojos del mundo están puestos en Paraguay, el Gobierno ha hecho una parte importante de los deberes, pero ahora debe dar un paso al frente y contarle al mundo que tiene un plan para que el país siga siendo la locomotora del corazón de América.