EL PODER DE LA CONCIENCIA

En las últimas semanas la prensa publicó solo algunos de los cientos de casos en los que se puede notar hasta qué punto el ser humano puede llegar a ser cruel con los animales, aunque lastimosamente la mayoría de los hechos ocurridos jamás salen a la luz pública y los autores gozan de total impunidad.

Comenzamos con lo sucedido el 21 de mayo en Capiatá, donde se constató un ejemplo de crueldad animal. La víctima fue un gato de un año y medio de edad llamado Lucio, el cual por diversión de algún sádico recibió un dardo en el ojo y se lo perforaron.

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El 27 de junio se publicaba el allanamiento de una casa en Limpio, donde rescataron a 33 perros “que estaban desnutridos, hacinados y totalmente abandonados”.

El 3 de julio, esta vez una vivienda de Fernando de la Mora fue el sitio del horror. Allí vivía una pareja con sus mascotas, las cuales dejaron en casa para realizar algunas gestiones y cuando regresaron encontraron a su perro de 9 años decapitado y quemado.

El 12 de julio, vecinos denunciaron a un efectivo de la Policía Nacional por presuntamente haber acabado con la vida de un perro con tres disparos de su arma. El hecho ocurrió frente a varios menores, en plena vía pública, cuando dos canes estaban peleando.

El 19 de julio, la prensa publicaba: “Hombre degolló a un perro que defendió a una anciana de 70 años”. Esta vez, el presunto autor del asesinato fue detenido en Nanawa.

Tal vez teniendo en cuenta todos estos antecedentes, este mes el diputado José Rodríguez presentó un proyecto de ley que propone aumentar las penas a los autores de maltrato animal.

La idea es endurecer las penas, incluso propone hasta ocho años de cárcel para algunos casos, además de otros tipos de sanciones. La intención es crear conciencia de que los animales no son juguetes y que los seres humanos no tienen derecho a hacerlos sufrir, puesto que ellos son seres que tienen capacidad de sentir.

El artículo 38 de la actual ley establece que en casos “muy graves” las penas se limitan solo a multas y a prohibir al infractor a comprar o poseer animales durante un máximo de diez años.

En el siguiente artículo se detallan las multas en los diferentes casos: las infracciones leves, multa de 5 a 100 jornales mínimos; las graves, multa de 101 a 500 jornales, y las muy graves, de 501 a 1.500 jornales mínimos. No se prevén penas carcelarias.

Para finalizar y por falta de espacio adjunto un enlace con la completa historia llamada Angorita fue asesinada, que cuenta un caso crudo y real de lo sucedido en 2019.

Angorita fue asesinada Para los que no conocen la historia de Angorita, la de la foto es ella. O su cadáver. Ya no es...

Publicada por Alex Noguera en Domingo, 31 de marzo de 2019

Narra de manera bastante fuerte la anécdota de una pequeña gatita que lloraba insistentemente una noche. De una patada alguien le había fracturado la mandíbula y no podía alimentarse. Para evitarle el sufrimiento, una veterinaria estuvo a punto de sacrificarla, pero a última hora la decisión fue realizarle una cirugía y darle una oportunidad en la vida.

Hasta se organizó una rifa para pagar los gastos, pero todo el esfuerzo mereció la pena. Durante un mes recibió atención y alimentación especial. Finalmente, la pequeña gatita tuvo un hogar y varios hermanos, incluso tres hijitos. La vida le sonreía hasta que un ente sin conciencia arrojó varios trozos de carne envenenada y mató a al menos ocho felinos de la familia, entre ellos a Angorita, que dejó tres huerfanitos.

Estas son solo algunas historias de las que suceden en nuestro alrededor y que para muchos son normales. Pero no deben serlo. Tal vez pronto una ley más severa logre que la barbarie se reduzca, que la gente tome conciencia y que los asesinos reciban el castigo que merecen.

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