En el primer semestre de 2024 las ventas de soja en grano solo subieron 4,6 %. Las exportaciones con olor a campo sumaron 4.492 millones de dólares, un aumento de solo el 3 %, equivalente al 76 % de las exportaciones totales registradas y al 58 % de las importaciones registradas. Se cierra un primer semestre favorable sin duda alguna, técnicamente uno de los mejores desde 1989. Los organismos internacionales respaldan el accionar, las decisiones, los logros y compromisos de las autoridades oficiales: “Perspectivas alentadoras y bases sólidas”. El economista que es ciego y que además se niega a escuchar, maneja sus realidades deformadas y opina en consecuencia.

“Duele decirlo, pero hay que decirlo”

Un balance global, claro y simple de lo que fue el primer semestre de 2024 arroja esos datos y resultados: crecimiento mayor (4,3 %/4,4 % en el corto plazo, aunque el Banco Central mantiene su proyección anual del 3,8 %), consumo sostenido (4,7 %/6,9 % en el corto plazo), récord de recaudación de impuestos (USD 488 más en el primer semestre, USD 631,5 millones más en casi un año, USD 4.849 millones en 12 meses acumulados móviles, 10,7 % del PIB, USD 577 millones más), inflación del 4,3 %, dólar más caro, pero sin escape a G. 7.539 al cierre de junio (3,8 % o G. 273 más respecto a igual mes de 2023. Al 15 de julio G. 7.556), el BCP vendiendo USD 715 millones y manteniendo una reserva internacional de USD 10.134 millones (los anti dijeron que nos la comíamos), déficit fiscal en convergencia (-3,25 % anualizado a junio/-4,1 % en diciembre de 2023), asumiendo el compromiso de volver al -1,5 %/PIB en 2026 (-2,6 %/PIB este año) y bajar el peso de la deuda, hoy en 38,9 % del PIB, 41,2 %/PIB según otros cálculos, apuntando al 39 % en 2029 y 36 % en 2033 (el FMI en dos informes (diciembre de 2023 y julio de 2024) aplaude esta decisión del Gobierno y ve con buenos ojos a la economía paraguaya), muy buena emisión de bonos soberanos (USD 1.000 millones, 50 % en guaraníes, por primera vez en nuestra historia), acuerdo con Brasil sobre precio de la energía y el ingreso fijo asegurado por tres años de USD 1.250 millones, que permite un horizonte con objetivos definidos, hay una desaceleración de las exportaciones totales, y en el caso de la soja en grano, el precio de exportación bajó casi 30 % con respecto al año anterior en igual período. A los precios del año pasado no se hubiera dejado de ingresar USD 945 millones. Considerando además el caso de los derivados de la soja (aceite y harina) las divisas “perdidas” por menor valor serían de USD 1.160 millones. Por otro lado, las importaciones se recuperan.

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En el primer semestre de 2024 nuestras ventas de mercaderías al exterior (resto del mundo), las totales, que incluyen las registradas y las reexportaciones, vienen disminuyendo su ritmo de crecimiento anualizado (suma de doce meses móviles o en movimiento), que es una forma de cuantificarlas y estudiarlas en la coyuntura económica. Las exportaciones no caen, pero sí se desaceleran como frenándose. Por ejemplo, las exportaciones totales a febrero pasado anualizadas marchaban a la velocidad del 25 %. Crecían a ese ritmo. A junio de 2024 la velocidad fue del 13,9 %. Las reexportaciones pasaron de 32,1 % a 24,7 %. Y las registradas (nuestra genuina producción exportada) crecían al ritmo del 23,9 % y disminuyó su andar al 10 %. Si achicamos lo exportado a la suma de seis meses o primer semestre de 2024 versus igual período del año pasado los resultados son de piso: exportación total 1,8 %, reexportación 0,2 % y registrada 1,2 % (21 %, 25 % y 18 %, respectivamente, en el primer semestre de 2023). ¡Gran diferencia! Ahora solo en el caso de la soja el volumen exportado aumentó 45 %, pero el valor de las ventas cayó, subió solo 5 % por la caída en casi 30 % del precio por tonelada exportada, en línea con la cotización internacional de la oleaginosa. Al no exportarse a los precios del año pasado no se dio un ingreso esfumado de 945 millones de dólares, que si agregamos lo ocurrido con los derivados de la soja en grano nos da una “pérdida” global de dinero no conseguido de 1.160 millones de dólares. Exportar no es solo vender, es producir, gana la economía, la gente, entran dólares, para pagar las importaciones.

Hagamos una frenada y veamos lo que dice el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su informe de principios de julio pasado (Consulta Artículo IV como país miembro): “Las perspectivas de crecimiento de Paraguay son alentadoras para 2024 y el mediano plazo. La economía comenzó este año con una base sólida y se proyecta un crecimiento de 3,5 por ciento durante el año (3,8 % estimación del Gobierno). Y a mediano plazo. La apertura de más mercados extranjeros de carne ayudará a la expansión del sector ganadero. Se espera que la fuerte generación de electricidad respalde la industria y los sectores agropecuarios. El consumo debería seguir siendo un fuerte motor de crecimiento, dada la estabilidad de la inflación y los menores costos de endeudamiento. Se prevé que la inflación se mantenga en el objetivo del 4 por ciento a partir de 2024. Se espera que el déficit de la cuenta corriente aumente en los próximos dos años debido a un aumento temporal de las importaciones asociadas a grandes entradas de IED en los sectores forestal y manufacturero antes de ir convergiendo de nuevo a una posición equilibrada”.

Pero el informe de diciembre de 2023 es aún más revelador: “La economía goza de un crecimiento vigoroso en 2023, gracias a la producción agrícola y eléctrica. Las presiones inflacionarias, por su parte, se han moderado, y las expectativas están bien ancladas en la meta de 4 % fijada por el Banco Central. Se proyecta un pequeño superávit en la cuenta corriente externa, sustentada por el elevado nivel de exportación. El guaraní se ha mantenido relativamente estable este año. La situación fiscal desmejoró en cierta medida respecto del año pasado, entre otros motivos por la necesidad de contabilizar y liquidar obligaciones ante proveedores del Gobierno que no estaban registradas. A menos que ocurran conmociones mundiales o shocks externos relacionados con la situación climática, las perspectivas de crecimiento de Paraguay son alentadoras. Según las proyecciones, el crecimiento económico registrará apenas una ligera moderación para ubicarse en 3,8 % en 2024, en tanto que la inflación permanecerá cerca de la meta. La cuenta corriente externa mantendría un pequeño superávit. Las autoridades tienen previsto ir reduciendo el déficit fiscal hacia el tope de 1,5 % del PIB dispuesto en la regla fiscal para el 2026, lo cual reafirmará la credibilidad de las políticas. El sistema bancario conserva la estabilidad y la rentabilidad –condición necesaria para respaldar la inversión y la inclusión financiera–, apuntalado por una supervisión cuidadosa constante”. Hay respaldo internacional en lo económico. Es fundamental. Guste o no guste el gobierno actual. Está prohibido prohibir. La verdad, si es verdad, es verdad. Was gesagt werden muss, muss gesagt werden. Duele decirlo, pero hay que decirlo. DDPHQDPH1885

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