- POR EMILIO DANIEL AGÜERO ESGAIB
- Pastor principal de la iglesia
- Más que Vencedores
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“Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada para aquello que la envié” Isaías 55:10-11
Estas palabras del profeta Isaías nos habla del poder intrínseco e inherente de la Palabra de Dios.
“Suelta el león” es una expresión usada por el predicador Charles Spurgeon que dijo: “La Palabra de Dios es como un león, no tienes que defenderlo. Suelta al león y él sabrá defenderse solo”.
“Si ruge el león, ¿quien no temerá? Si habla Jehová el Señor, ¿quién no profetizará?” Amós 3:8
Spurgeon era inglés y vivió en un tiempo de una revolución del pensamiento tanto filosófico como científico. Fue contemporáneo, otro inglés, Charles Darwin, padre del evolucionismo y del matemático y filósofo gales Bertrand Russell, que se levantaron fuertemente en oposición a la autoridad bíblica y la gente de su tiempo empezó a dudar de la veracidad y trascendencia de la Biblia (aunque esto fue así siempre en mayor o menor medida, siempre el sistema del mundo tuvo “buenas razones” para dudar de la Palabra de Dios, de hecho esto viene desde el Edén cuando la serpiente hizo dudar a Eva de la verdad de la palabra de Dios diciendo: “¿Con que Dios os ha dicho?” Genesis 3:1).
Pero tal vez desde hace poco más de dos siglos la lucha entre la razón humana materialista y la veracidad bíblica han sido las más duras de la historia.
Ya para este tiempo donde la secularización ha ganado un gran espacio muchos ya no creen y ni siquiera piensan en la verdad bíblica. Como somos seres espirituales e intrínsecamente todos los seres humanos necesitamos creer en algo, tener trascendencia o una fe que nos dé esperanzas ante el sinsentido de la vida, millones de personas se vuelven a religiones místicas orientales u filosofías para llenar ese vacío del Dios que tienen dentro. La gente hoy cree casi cualquier cosa menos a Dios (de hecho esto tampoco debe de sorprendernos pues ya la Biblia nos habla de la rebeldía del ser humano ante su Creador a causa del pecado). Jesús mismo os dijo el motivo por el cual Dios condena a muchos: “Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas” Juan 3:19
Los desafíos que vivimos hoy los cristianos a causa de la secularización, la incredulidad, el materialismo, el libertinaje, las filosofías e ideologías anti-Dios muchas veces hace que los creyentes nos sintamos intimidados, nos preocupemos y hasta dudemos de la autoridad bíblica, de la receptividad que pueda tener en la gente que nos rodea y eso hace que tengamos temor de hablar la palabra de Dios en ambientes o acontecimientos no religiosos.
Y en cierta medida es así, la gente parece tolerar los dichos y enseñanzas de cualquier maestro místico, líder religioso o motivador o filósofo menos la de Jesús, trae incomodidad nombrarlo y en ciertos ambientes hasta hostilidad, recelo, y eso se siente, especialmente si hablamos de moral, historia, autoridad espiritual o incluso de ciencia.
Para poder confiar en la Biblia y experimentar su poder y así poder proclamarla con autoridad es preciso conocerla. Una vez que la conozcamos y la hayamos experimentado personalmente, con la ayuda del Espíritu Santo seremos capaces de proclamarla sin vergüenza ante cualquier persona o auditorio.
“Los desafíos que vivimos hoy los cristianos a causa de la secularización, la incredulidad, el materialismo, el libertinaje, las filosofías e ideologías anti-Dios muchas veces hace que los creyentes nos sintamos intimidados, nos preocupemos y hasta dudemos de la autoridad bíblica, de la receptividad que pueda tener en la gente que nos rodea y eso hace que tengamos temor de hablar la palabra de Dios en ambientes o acontecimientos no religiosos”.