- Por Ricardo Rivas
- Corresponsal en Argentina
- X: @RtrivasRivas
El presidente Javier Milei desde las primeras horas de ayer –domingo– se encuentra en Estados Unidos. Se trata del cuarto viaje desde el pasado 10 de diciembre y una vez más será una “visita privada”, según una fuente oficial, aunque también abordará cuestiones de trabajo porque será parte de una conferencia global que organiza el Instituto Milken cuyo líder y fundador, Michael Milken, lo invitó al jefe de Estado argentino para que exponga ante inversores y hombres de negocios su plan de gobierno. La agenda presidencial también da cuenta que se entrevistará nuevamente con el empresario Elon Musk y con el titular de la FIFA Gianni Infantino.
Al señor Milei lo acompañan la secretaria general de la presidencia, Karina Milei; el ministro de Economía Luis Caputo, el jefe de Gabinete de ministros Nicolás Posse y el embajador argentino en Washington Gerardo Werthein, quien aún no fue recibido en la Casa Blanca por el presidente Joe Biden y, por ello, no se encuentra en funciones según las normas de la diplomacia. No se informó que forme parte de la comitiva la ministra de Relaciones Exteriores Diana Mondino.
Días más tarde, el mandatario viajará a España, donde participará entre los días 18 y 19 de mayo de la cumbre que habrá de sostener el partido español Vox que lidera Santiago Abascal, férreo opositor del presidente Pedro Sánchez, fuertemente enfrentado con la que se considera ultraderecha en ese país.
El encuentro entre Milei y Abascal se habrá de producir luego de un inusual desencuentro entre los gobiernos de Argentina y España como consecuencia de un exabrupto que pronunciara días atrás el ministro de Transporte y Movilidad español, Óscar Puente contra el jefe de Estado argentino, lo que motivó de éste una fuerte respuesta en la que involucró a Begoña Gómez, esposa de Sánchez, su homólogo en Madrid, a la que señaló por presuntos actos de corrupción.
“Por el bien del Reino de España, esperamos que la justicia actúe con celeridad para esclarecer semejante escándalo de corrupción que afecta directamente la estabilidad de su Nación y, por consiguiente, las relaciones con nuestro país”, replicó Milei en un comunicado oficial el viernes pasado.
Sánchez a través del ministerio de Asuntos Exteriores español rechazó “rotundamente” los “términos infundados” que contiene la comunicación de Milei y precisó que, pese al conflicto entre ambos “el Gobierno y el pueblo español seguirán manteniendo y fortaleciendo sus lazos fraternales y sus relaciones de amistad y colaboración con el pueblo argentino, voluntad compartida por toda la sociedad española”.
Lo sucedido, según varias fuentes consultadas por La Nación “es inédito” dado que “no se recuerda que nunca haya sucedido nada parecido por agraviante y desafortunado como fueron las acusaciones que expresara el ministro Puente”. No obstante, los mismos informantes, categorizaron la respuesta argentina como una “posible intromisión en asuntos internos españoles” y coincidieron en señalar que “desde fines de junio 2019, cuando el ex presidente de Brasil Jair Bolsonaro se burló de Brigitte, la esposa del jefe de Estado francés Emmanuel Macron, no se recuerda algo parecido”.
La situación dada no es menor ya que, desde el inicio mismo de la gestión del presidente Milei las relaciones internacionales de su gobierno se han visto alteradas por sucesivos desencuentros con otros mandatarios como son también los casos de Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil y Gustavo Petro de Colombia con quienes el mandatario argentino se enfrenta desde los tiempos en que se encontraba en campaña electoral.
Con el compromiso de preservar sus identidades, no menos de tres fuentes diplomáticas locales señalaron que además de los países sudamericanos mencionados, “Argentina tiene roces con China, Chile, México, por aportar sólo algunos ejemplos adicionales”.
Los consultados, además, confidenciaron que “no hay un buen clima laboral en el ministerio de Relaciones Exteriores argentino y destacaron que, en los últimos días, se exhumaron viejas disposiciones que no se aplicaban desde 1975 por las cuales se ha prohibido a los diplomáticos de toda jerarquía hacer ninguna expresión pública sin autorización”.
Los conflictos se multiplican. La canciller Mondino está en el centro de las críticas. “Por lo que hace y por lo que no hace”, señalan coincidentes analistas. Trasciende en medios diplomáticos que la alta funcionaria se autodenomina “bombero de los incendios que provoca Milei”. Seguramente no es así, pero nadie desmiente la especie. De hecho, viajó a Colombia para intentar mejorar las relaciones con ese país y, en particular, con el presidente Petro.
En los días más recientes de regreso de Beijing –la capital de China– relevante socio económico de Argentina, con múltiples acuerdos y una base de estudios aeroespaciales en la patagónica provincia de Neuquén que preocupa al gobierno de los Estados Unidos ante la eventual presencia allí de militares del Ejército Rojo, pese a sus respuestas optimistas ante la prensa acerca de la relación bilateral, la situación no es clara.
Algo parecido sucede con Brasil, el otro gran socio comercial de este país. Desde antes del inicio de su mandato, el presidente Javier Milei no tiene relación con Luiz Inácio Lula da Silva a quien públicamente insultó y destrató reiteradamente.
El académico Juan Carlos Lohlé, exembajador de la Argentina ante la Organización de Estados Americanos (OEA); el Reino de España y Brasil sostiene que las relaciones entre los presidentes de Argentina y Brasil “no se pudieron restablecer” después “de los improperios que el señor Milei lanzó contra Lula”.
Recordó también que la ministra de Relaciones Exteriores argentina, Diana Mondino “llevó una carta de Milei a Lula disculpándose” que fue respondida por “el ministro del Interior brasileño quien dijo que esas disculpas no alcanzan” y que quince días atrás “Mondino llevó otra carta, pero tampoco hubo respuestas” desde Brasilia. ¿Por qué Lula no responde? “Cuando las ofensas, los improperios se producen en público, no sirven las cartas privadas”, sostiene Lohlé quien agrega que “tiene que haber una disculpa pública de Milei a Lula” porque “hay demasiados temas importantes entre los dos países para que esto se resuelva cuando antes”.
Con paciencia didáctica Lohlé explica que “la política internacional no es como un librepensador pretende que sea. Tiene sus reglas y juegos y, si esto no fuera así, los países vivirían en guerra. La política internacional no es sólo del presidente, es de un país”. El analista sostiene que “en una situación como la comentada una canciller en estas condiciones (las de Mondino) renuncia” porque aparece como “una paloma mensajera”.