- Por Juan Carlos dos Santos
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Brexit, acrónimo de dos palabras inglesas que explican la salida (exit) de Gran Bretaña (Britain) de la Unión Europea, salida que se cumplió tras la aprobación del proyecto de ley en el Parlamento británico, el 25 de enero de 2020. La decisión sacudió a la Unión Europea por tratarse de uno de sus más importantes integrantes, por no decir el más importante.
Pero… ¿benefició o perjudicó esta decisión a los británicos? En el aspecto económico, generó incertidumbre en las relaciones comerciales, además de afectar a la inversión y al crecimiento económico. Indudablemente aumentaron los costos de la importación, lo que generó la subida de precios de productos provenientes de mercados de la UE. También el aumento de los trámites burocráticos con sus respectivos costos adicionales se sumaron al impacto negativo del Brexit.
La incertidumbre por los cambios en las regulaciones comerciales hizo que varias empresas tuvieran que dejar las islas británicas a la par que generó escasez de mano de obra calificada en sectores como la salud y la tecnología.
Otros desafíos económicos y sociales a consecuencia de la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea están en proceso de desarrollo y será necesario que transcurra un tiempo más para poder percibirlos y analizarlos.
Por otra parte, el haber dejado la Unión Europea posibilitó a Gran Bretaña recuperar su soberanía política, lo que le permitió tomar decisiones (buenas o malas) independientes en temas como la inmigración, la pesca y el comercio.
También lograron recuperar el control sobre sus leyes y regulaciones locales, algo que les permite adaptar a necesidades específicas del país y no generales pensando en el bienestar del europeo en general. También tienen la independencia de forjar acuerdos por su parte, sin necesidad de depender de lo que digan, quieran o sugieran los otros socios europeos.
Lo más importante, pragmáticamente hablando, sea el dejar de aportar financieramente al presupuesto del organismo continental, cuyo peso estaba recargado sobre las espaldas del contribuyente británico.
A poco más de 4 años de la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea, con el boom del Brexit, que tuvo que ser ratificado varias veces por mandato popular, es aún prematuro para dar una calificación de acertada o incorrecta a la decisión que llevó al principal socio europeo a dejar el organismo supracontinental.
Poniendo en la balanza al Brexit se podría decir que políticamente ha sido una mala decisión, pero si se considera a nivel económico y ni qué decir financiero, los británicos parecen haber elegido lo correcto. Cualquiera sea el resultado para los británicos, sin duda los que han salido perjudicados fueron los países al otro lado del canal de la Mancha.