- POR PIPO DIOS
- Periodista
Las redes, sobre todo esa cloaca llamada antes twitter y hoy X, no por culpa de la propia red, sino por la excesiva proliferación ilimitada y descontrolada de residuos cloacales o trolls o anónimos que circulan por ella, pintan un mundo virtual donde los menos son más. Allí pareciera que el mundo está poblado por una mayoría, mezcla de marxistas, stalinistas, nacionalsocialistas que se quedaron en 1960 y demás adoctrinados con folletos y videos de 1 minuto elaborados por otros populistas fascio-stalinistas, neonazis de café. Supuestos activistas digitales con 10.000 cuentas trolls, feministas rabiosas enojadas y resentidas con la humanidad, defensores de terroristas asesinos luchando contra “occidente”, pero desde “occidente y sus libertades y comodidades (iphones, tablets, etc.)” a favor de dictaduras o fanáticos teocráticos que disfrutarían de empujarlos de un 5.º piso o quemarlos vivos con sus pañuelos y pelos verdes. Resulta tragicómico ver que, desde sus organizaciones LGTBI y todas las letras más, defienden apasionadamente a sus futuros asesinos y torturadores.
Ahí también nos enteramos, por los periodistas sin trabajo o “periodistas 2.0″, siempre al servicio (barato y generalmente pagado con dinero malhabido), y cuando tienen un poquito más de “maldito capital” se abren un “medio digital”, o sea la cuenta de mierda pasa a llamarse “El Independiente” o “El Nacional” y lo dirigen y financian pelotudos a los que los medios de verdad y la política de verdad desplazó por inútiles; lo “mal que está el país” o lo bien que estaba cuando su “financista 2.0″ gobernaba. Lo inocentes y buenos que eran, honestos, patriotas a toda prueba, hoy “perseguidos políticos” por tonterías irrelevantes como robarse billones en meriendas y comidas para los pobres con el nefasto Fonacide, o asfaltando hasta el riacho San Francisco con su propio asfalto, o pagando por agua tónica para “prevenir el covid” sin siquiera recibirla.
Entonces, estos pervertidos morales y su séquito de cuentas falsas nos quieren convencer que son una inmensa mayoría, en su mundo virtual seguramente, y que ahora “todo está mal”. Que vivimos en una dictadura “peor que el estronismo”, escriben algunos “filosos periodistas adictos al sobre” para ser aplaudidos por cohortes de @juanevengador8384 o @elJusticiero837474, mientras se expresan libremente en los medios comprados y financiados por el dinero que robaron sus patrones durante la “dictadura stronista” sin ser molestados por nadie y menos del Gobierno.
La realidad en la calle es otra, a nadie le conmueve demasiado si Marito o Rivas pierden o no sus fueros, si la robameriendas Celeste insulta o es insultada, si a Kattya la mandaron a pastar. A la gente real, con problemas reales, les preocupa, primero, tener un poco más de plata en el bolsillo, que “le alcance”, que no la asalten, que sus hijos puedan dar clases en un aula decente, con los útiles básicos, que coman bien y la deuda mayor, deuda histórica pendiente, la mejora de la salud pública. Libertad ya tienen, TODOS, la política les “chupa un huevo” mientras no les falten educación, seguridad, salud y trabajo.
Es por eso que cuando los del mundo “virtual”, donde reina el progreso sesentoso y retrógrado, convoca marchas en el mundo real, se estrella contra su triste realidad, son una minoría, ruidosa, pero minoría al fin.
Y por eso esta turba virtual se opone a cualquier ley que pueda; en primer lugar, sus privilegios o curros; y segundo, que al gobierno de sus “enemigos” le vaya bien y “Dios no permita” que la gente los siga votando.
Y esto tiene una sola razón, viven en un mundo de pedo, son unos inútiles mal acostumbrados a vivir de arriba, o de negociados, o de migajas que les tira algún gobernante local o extranjero afín para usarlos mientras les sirvan para distraer o de sus herencias mal habidas. Como dicen nuestros vecinos argentinos, “agarren la pala”, ya es hora de que trabajen de verdad.