- Por Marcelo Pedroza
- Psicólogo y magíster en Educación
- mpedroza20@hotmail.com
Idea, en griego eideia o eidos, representaba lo visible, aquello que se podía materializar, formaba parte de las imágenes, por eso los ojos ocupaban un rol central, eran los que podían ver aquello que se manifestaba ante ellos. Así fue, hasta que Platón situó en los ojos del alma a la existencia de las ideas. Y residió el origen de las mismas en el interior de las personas. Para Platón, la idea es el ser perfecto, dándole un carácter inmutable, al punto que considera que no nace ni muere. Por eso consideró que una idea no se tiene en la mente, sino que existe tal cual desde la eternidad, atribuyéndole a los ojos del alma la facultad de poder razonar, y de esa forma poder percibir lo que una Idea, también considerada paradigma, contempla como el deber ser de su misión.
Para la teoría de Platón lo que es posee una visión parcial, relativa, mudable y pasajera. Por eso el alma ocupa un lugar central en su desarrollo intelectual. Es desde ahí donde fluye la búsqueda de lo esencial, de aquello que denomina perfecto. Hay en la educación platónica un notable espíritu de superación. Es la Idea una motivación para aprender. De hecho considera al acto de educar como una representación del amor hacia el alma.
Cabe destacar que alma es psiqué en griego, que hace alusión a lo que anima. Es lo que impulsa al dinamismo. La humanidad es el alma, una vida lo es, su vitalidad se mueve por medio de su capacidad de percibir las ideas. Así la conexión filosófica de aquella mirada del alma está vigente en la actualidad. Hay en cada ser humano un sentido por vivir, una misión por realizar, un proceso histórico de hechos que lo sensibilizan y le enseñan a utilizar los ojos de su alma.
Una idea puede darle vida a la conquista de los valores que representa. Estos hoy reflejan aquel signo eterno manifestado por Platón. El asunto es concebir Ideas que se aproximen a ese ideal pregonado por el maestro griego. El acercamiento superador se logra con educación. Donde las ideas se cultivan se producen constantes cambios, que de alguna forma le dan vida a la imperturbable grandeza del ser. Ocasionando su progresiva construcción, incentivando el uso de los ojos del alma, comprometiéndolo a que en su finitud se encuentre pleno y dispuesto a crear Ideas que fomenten prácticas sociales virtuosas.
Debe pregonarse la diversidad de Ideas. Cuando una idea es valorada se genera inmediatamente una reciprocidad entre quienes participan de su impacto. En ese instante se hace presente aquella eternidad descripta por Platón. Es como si sus ojos del alma se hicieran presentes y se apoderaran del ambiente que reina cuando se anhela evolucionar.