- Por Thayla Zomer
- Profesora Integral de la Fundação Dom Cabral, Brasil
La importancia de que las empresas elaboren un plan de transición climática integrado en su estrategia y en línea con los objetivos de reducción de gases de efecto invernadero definidos por la ciencia no puede subestimarse. A medida que el mundo enfrenta desafíos cada vez más urgentes relacionados con el cambio climático, las empresas desempeñan un papel crucial en la mitigación de los impactos ambientales. Este alineamiento estratégico es esencial dado que las empresas son responsables de una parte significativa de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Por lo tanto, su capacidad para reducir emisiones y adoptar prácticas bajas en carbono tiene un impacto directo en el cambio climático. Alinear sus planes de transición climática con los objetivos científicamente recomendados ayuda a limitar el calentamiento global a niveles seguros.
El cambio climático representa riesgos significativos para los negocios, como eventos climáticos extremos, escasez de recursos y regulaciones más estrictas. Un plan de transición climática bien elaborado ayuda a las empresas a identificar y gestionar estos riesgos, haciéndolas más resilientes. Además, la transición a una economía baja en carbono también crea oportunidades de negocios. Las empresas que anticipan esta transición pueden desarrollar productos y servicios innovadores, conquistar nuevos mercados y obtener una ventaja competitiva en un entorno empresarial en constante evolución.
El alineamiento estratégico también conlleva otros beneficios para los negocios. Los inversores y accionistas están cada vez más preocupados por cuestiones ambientales y sociales. Las empresas que demuestran compromiso con la transición climática son más atractivas para inversiones sostenibles y pueden acceder a un pool más amplio de capital. Las acciones concretas con respecto al cambio climático también mejoran la reputación de la empresa y la percepción del público. Desde el punto de vista regulatorio, a medida que los gobiernos en todo el mundo implementan regulaciones más estrictas relacionadas con las emisiones de carbono y la sostenibilidad, el alineamiento con estos objetivos es esencial para evitar penalizaciones y costos adicionales.
Aunque la gran mayoría de las organizaciones reconocen riesgos y oportunidades en el contexto del cambio climático, nuestra investigación en la FDC revela que aún hay una brecha significativa en cuanto a la integración de un plan de transición climática alineado con un mundo de 1,5 °C en la estrategia organizacional. Nuestros hallazgos también revelan que, aunque muchas empresas confirman que actualmente hay supervisión, por parte del consejo de la organización, de las cuestiones climáticas, una proporción reducida de las organizaciones tiene al menos uno de los miembros de sus consejos ejecutivos con competencias para cuestiones climáticas. Dado que las cuestiones climáticas son, o al menos deberían ser, una prioridad estratégica para organizaciones de todos los sectores y son tema en el proceso de toma de decisiones de estos consejeros, los datos resaltan la necesidad urgente de capacitación a nivel de alta dirección en cuestiones relacionadas con el clima.
La elaboración de un plan de transición climática alineado con los objetivos de reducción de gases de efecto invernadero definidos por la ciencia no es solo una elección ética, sino también una estrategia inteligente de negocios. Este enfoque permite que las empresas enfrenten los desafíos del cambio climático, aprovechen las oportunidades emergentes y contribuyan a un futuro más seguro y sostenible.
Las acciones concretas hacia una economía baja en carbono ya no son solo una opción, sino una necesidad para las empresas que desean prosperar en un mundo en transformación. En la Fundación Dom Cabral, desarrollamos investigaciones y programas que respaldan a las empresas en la reflexión sobre los desafíos actuales y la innovación estratégica de los negocios con el objetivo de mantener la competitividad y contribuir al desarrollo sostenible.
“El cambio climático representa riesgos significativos para los negocios, como eventos climáticos extremos, escasez de recursos y regulaciones más estrictas. Un plan de transición climática bien elaborado ayuda a las empresas a identificar y gestionar estos riesgos, haciéndolas más resilientes”.
“Aunque la gran mayoría de las organizaciones reconocen riesgos y oportunidades en el contexto del cambio climático, nuestra investigación en la FDC revela que aún hay una brecha significativa en cuanto a la integración de un plan de transición climática alineado con un mundo de 1,5 °C en la estrategia organizacional”.