El senador de Patria Querida Orlando Penner interpeló a sus colegas. El legislador preguntó a sus colegas sobre el modelo de oposición que prefieren hacer. Una oposición que se oponga a todo lo que venga del Gobierno nomás o una oposición que construya, que aporte, que sume, que controle, que vigile, capaz de construir consensos y priorizar los intereses del Paraguay, antes que el vedetismo y esas ganas de conquistar protagonismo con espectáculos circenses que generan morbo y likes en las redes sociales.
Esa oposición tilinga, destructiva, que destila odio y rabia hacia quienes conquistaron el poder, descargan sus frustraciones en campañas de desinformación, mentiras y medias verdades con el único propósito de desgastar al gobierno de turno para que a partir de ello construyan su capital político.
Los opositores son incapaces hoy de seducir al electorado y por eso tuvo una de las peores derrotas electorales de la democracia. No se les cae una idea en favor de la gente capaz de generar interés y que sea el camino para construir una alternativa en futuras elecciones. El partido de gobierno, a pesar de sus miserias, avizora su continuidad en el poder gracias a que sus futuros contrincantes no despiertan motivaciones porque no generan empatía con los dramas diarios del ciudadano. Están más pendientes de lograr espacios en los medios por sus espectáculos sin contenido antes que por la profundidad de sus debates.
Penner confesó que tenía interés de acompañar con su voto la ley que crea la Superintendencia de Jubilaciones, pero se dejó influenciar por terceros que le dijeron que si lo hacía sería portada de los medios antioficialistas. Esta confesión confirma el criterio con el que se mueven los políticos de la oposición, evitar ser tapa de diarios. Por lo visto no han aprendido que con esos medios no se ganan precisamente las elecciones. Porque si fuese así, Mario Abdo hubiese ganado las internas coloradas o Efraín sería el presidente del Paraguay. Recuerden que todo el aparato mediático del grupo Zuccolillo y el grupo Vierci con sus escribas, defendieron la corrupción de Abdo y sus perifoneros hicieron campaña durante un año y medio. Pero, nadie les creyó, no movieron la aguja y hoy están en plan de venganza, buscando boicotear al gobierno de Santiago Peña, sin importarles el Paraguay ni su gente.
Los mismos políticos opositores y medios de prensa que avalaron los atropellos del gobierno anterior o la dictadura, como ellos denominan a las mayorías coyunturales del Senado, hicieron lo que quisieron a su antojo, al punto de impedir que juren dos senadores electos y proclamados y ubicaron a quienes quisieron en el Senado. Esos mismos aplaudieron las entregas de informaciones confidenciales de Seprelad de personas que ni eran funcionarios públicos (Santiago Peña) a Desirée Masi, Mauricio Espínola, etc., para que las utilicen como garrote político.
Hoy, estos mismos hipócritas se escandalizan porque otro grupo conquistó una mayoría coyuntural y a toda costa pretenden instalar un escenario fatalista, apocalíptico del Paraguay por el solo hecho de que sus amigos han caído en los mismos vicios que supuestamente habían cuestionado en el pasado, el uso indebido de influencias.
El Paraguay necesita mirar para adelante y proyectar un futuro más digno, con niños que reciban un plato de comida en todas las escuelas públicas, con leyes que corten los abusos en la función pública como la Ley del Servicio Civil y de la que ni la oposición ni la prensa se han hecho eco aún. Están en campaña de destruir al Gobierno, solo porque está en el poder el equipo que ellos no quisieron y que desnudó sus incapacidades para construir un proyecto electoral. Necesitamos opositores serios, necesitamos más Orlando Penner y menos Kattya González. Puedo estar equivocado, pero es lo que pienso.