- Por el Dr. Juan Carlos Zárate Lázaro
- MBA
- jzaratelazaro@gmail.com
Estudios realizados revelan que a nivel país tendríamos aproximadamente 250.000 pequeños productores agrícolas, distribuidos en los departamentos (Concepción, Caazapá, San Pedro, Caaguazú) donde se siguen observando los mayores bolsones de pobreza.
Se torna necesario que el Gobierno, a través de los organismos técnicos, pueda marcar como objetivo y meta primaria abocarse de lleno a un trabajo de reingeniería y fortalecimiento económico, financiero y productivo de los mismos, que estuvieron abandonados desde hace mucho tiempo, no permitiéndoles aún poder superar la línea de pobreza en que se encuentran.
Precisan de un apoyo técnico en sus fincas de parte del MAG, orientándolos como poder diversificar sus líneas de cultivos y hacerlo mucho más productivo y rentable la superficie que cada uno dispone subutilizado en muchos casos por desconocimiento y por falta de una mayor asistencia.
Giménez, del MAG, dijo que hoy día no contamos dentro de nuestro mercado doméstico con tomate, locote, zanahoria, papa, teniendo superficies cultivables suficientes, pero que se mantienen improductivas por diversos motivos.
En su gran mayoría se dedican al cultivo de hortalizas y frutas que les reditúan ingresos solo en una parte del año, siendo posible que puedan tenerlos en gran parte del mismo, única vía que les permitiría poder superar la situación económica-financiera en que se encuentran, y que hace que cada año se manifiesten viniendo a nuestra capital a solicitar al Gobierno una mayor asistencia, condonación o refinanciación de sus deudas contraídas, pues no cuentan con la capacidad de repago para hacer frente en tiempo y forma a sus compromisos contraídos.
No todo se remite al aspecto productivo, pues otra de sus falencias se refiere a la falta de educación financiera, que les permitan poder manejar en forma más eficiente los recursos generados por sus diversos renglones de cultivo y que paralelamente tengan la posibilidad de acceder a créditos para capital de trabajo a tasas de intereses accesibles, ajustados a su capacidad de repago.
La asistencia técnica-profesional a estos labriegos deberá ser consistente y permanente, para que puedan tener posibilidades potenciales de obtener mejores resultados económicos.
Para que su gestión global pueda resultar rentable, deberían aglutinarse en pequeñas cooperativas de producción, de tal forma a que sean ellos mismos quienes negocien la venta de sus productos a los compradores finales, eliminándose así la intermediación, quienes sin mucho esfuerzo, desde hace años se han venido llevando la parte “más substanciosa de la torta”.
Precisan de un apoyo estrecho y eficiente junto a una buena dirección estratégica de parte del Gobierno, pues cuentan con suficiente potencial de crecimiento, expansión y diversificación de sus renglones agrícolas.
Ello les podría dar la posibilidad de obtener mayores ingresos que apunten a fortalecer su escuálida posición económica-financiera-patrimonial.
Cientos de jóvenes, hijos de estos labriegos, siguen viéndose en la necesidad de migrar hacia ciudades del departamento Central o mismo a nuestra capital en busca de trabajo, pudiendo evitarse si existe la proactividad, profesionalismo y visión de futuro de nuestros gobernantes.
El Ministerio de Agricultura y Ganadería deberá seguir en manos de técnicos idóneos y capaces, que tengan la suficiente capacidad de asignar funciones y delegar responsabilidades para que en forma permanente asistan de cerca a estos productores, permitiéndoles ser competitivos y rentables.
No hay “recetas mágicas”. Solo se precisa de sentido común, visión de futuro y ganas de trabajar profesional y ordenadamente, con objetivos y metas claras, inteligente, y sobre todo mucha actitud y patriotismo sin discriminar a nadie por sus ideologías políticas.
Paraguay es uno de los mayores productores de alimentos a nivel mundial y que mejor que sean estos pequeños productores agrícolas uno de los actores protagónicos, que se fortalezcan no solo a nivel de nuestro mercado doméstico, sino también que puedan ir creciendo hacia afuera.