Las exportaciones totales de bienes o mercaderías del Paraguay en 2023 alcanzaron un monto de USD 17.312 millones (+25 %), una mejora de USD 3.445 millones, con respecto al valor logrado en 2022, cuando aconteció una caída del 2 % o USD 224 millones menos.

Fue un muy buen año para las exportaciones. Récord absoluto en nuestra historia económica, según los registros estadísticos del Banco Central del Paraguay (BCP). Récord, y nadie lo “descubrió” y resaltó. Típico en el paraguayo: la desvalorización de los logros de su país. Con el criterio de que “no es mío”, “no me beneficia” y “yo no soy el país”, agregando “pero el Estado es mío”.

En fin, la amargura es histórica. De dicho total vendido al mundo hay que descontar, por así decirlo, lo generado por el llamado comercio fronterizo o de reexportación –centralizado como ícono en Ciudad del Este– para tener el valor de nuestra exportación registrada o genuina. Para nada desvalorizamos o desconsideramos la actividad comercial de la triangulación: todo aquello que importamos del mundo (China continental fundamentalmente) para revenderlo a brasileños en primer lugar.

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Aquello es producción externa, no interna. Y necesitamos saber la producción realmente nuestra que colocamos en los mercados internacionales. Por cierto, el negocio de la reexportación tuvo un excelente desempeño en el 2023, también récord, por un valor de USD 4.377 millones, logrando un aumento del 41 % en relación al resultado en 2022 (USD 1.270 millones más). En el 2022 se dio otra suba, del 12 %, con un valor total de USD 3.108 millones, y un agregado de USD 345 millones. Es evidente que el negocio fronterizo vive un buen momento. La estabilidad de la economía brasileña es la base que lo explica con seguridad, con un crecimiento del 2,9 % (PIB) y un mayor valor del real (R$). El récord en 2023 implica una participación del 25 % en el total exportado. Otro récord, desvalorizado, por “no es mío”, “no me beneficia” y “yo no soy el país”, agregando “pero el Estado es mío”.

Echa la extracción de las reexportaciones del total vendido al exterior, tenemos lo que se denomina, ya lo señalamos, las exportaciones registradas (en las aduanas) o fruto de nuestra producción nacional. En el 2023 estas exportaciones sumaron USD 11.891 millones, representando el 69 % del total de las ventas de mercaderías en el exterior. Hay en el total otras partidas menores, que en este caso podemos obviar. Las exportaciones registradas aumentaron 20 % en 2023 agregando USD 1.942 millones al monto del 2022, cuando se dio una disminución del 6 % o USD 623 millones menos. Dentro de las exportaciones registradas las que se dieron con el sello “olor a campo” o con la marca “origen agro” representaron el 74 %. Sí, el 74 % del total registrado. En 2023 las exportaciones del campo global totalizaron USD 8.815 millones, con un aumento del 31 % o USD 2.078 millones. Un giro importante después de la caída del 12 % o USD 918 millones en 2022.

Cuando hablamos de exportaciones con “olor a campo” consideramos dos categorías dentro del total. Están las exportaciones del “campo puro” o productos primarios como las califica el BCP. Es decir, productos en estado natural. Estos sumaron en 2023 USD 4.416 millones o 39 % de las exportaciones registradas, registrando un aumento del 69 % o USD 1.883 millones más. La segunda categoría está compuesta por las ventas de productos agroindustriales o manufacturas de origen agropecuario (calificativo del BCP). Las mismas lograron un monto de USD 4.198 millones, con un peso del 35 % en el total. El incremento fue del 5 % o USD 195 millones.

¿Qué ocurrió para tener un buen año de exportación? Sin discusión alguna, el pilar fue la excelente cosecha de soja con un incremento del 177 % en el volumen de granos levantados. Esto permitió una exportación de soja en grano por valor de USD 3.424 millones, con aumento del 179 % o USD 2.197 millones más con relación al resultado del 2022. En este año mencionado, las exportaciones de soja en grano cayeron 58 %, totalizando USD 1.226 millones, con una disminución de USD 1.678 millones. El peso de la soja en las exportaciones registradas pasó del 12 % al 29 %. Y pudo ser mayor de no haberse registrado una continua disminución en el precio internacional, fundamentalmente en los últimos meses del 2023. Si tomamos en consideración lo que llamamos el complejo sojero sumando a los granos en estado natural la agroindustrialización de ellos en aceite y harina, tenemos para el 2023 una exportación conjunta de USD 4.826 millones con un aumento del 106 % o USD 2.478 millones más, y con un peso del 41 %. En el 2022 se registró una caída del 48 % o USD 2.013 millones menos, con un peso del 24 %.

En conclusión: las exportaciones de bienes con “origen tierra”, marca “origen agro”, “olor a campo”, fruto de nuestra naturaleza, del trabajo, de la inversión y de la producción en el bendito suelo generador de riquezas, beneficio para consumidores, comercios, industrias y un sinfín de actividades proveedoras de empleos e ingresos para la gente, en su máxima expresión en el país que habitamos y vivimos, sumaron USD 8.815 millones, frente a unas exportaciones registradas de USD 11.891 millones, y dentro de ventas totales por USD 17.312 millones. Como el total de las importaciones registradas el año pasado ascendió a USD 15.056 millones, tenemos que las exportaciones marca “origen agro” fueron equivalentes al 59 % de lo que tuvimos que comprar en el exterior, como combustibles y lubricantes por USD 1.869 millones. El total de importaciones de bienes vinculados con el sector automotor fue de USD 3.804 millones. Y menciono este rubro porque ¿quién no está automotorizado en nuestro país, directa o indirectamente?

Muchos paraguayos dirán “no es mío”, “no me beneficia” y “yo no soy el país”, agregando “pero el Estado es mío”. Las combinaciones de ignorancia, prejuicios, desinformación e individualismo, es mortal. Sin olvidar el dinero que viene de afuera, que hace que muchos profesionales e intelectuales (“investigadores”) decidan no ver el verde del campo y sí el verde de los dólares. Sin olvidar, claro está, al bendito y colorido “euro”, que últimamente con fiereza mezquina financia todo lo que lleve a atacar nuestra producción y riqueza, en nuestro campo. Somos el 0,07 % de la economía mundial y el 0,3 % de la superficie firme del planeta. ¡Qué peligro en el cambio climático! Ah, y tenemos hidroeléctricas atómicas. Y el acuífero guaraní en realidad es una rica reserva de petróleo. Y el censo poblacional del 2022 comprobó que casi casi alcanzamos a China continental e India en número de habitantes.

“Alimentamos al mundo y nos alimentamos” es nuestra marca y nuestro sello. ¿Qué nos faltan otras marcas de calidad? Sin duda alguna (en industria, servicios, tecnología). Pero ¿por qué patear lo que comemos cuando la mesa tiene espacio suficiente para otros platos? ¿Puede un país como el nuestro, cual grano de arena en los desiertos del mundo, ser culpado tan simplemente por aquellos países tipo montaña Everest del cambio climatológico? La verdad, si es verdad, es verdad. Was gesagt werden muss, muss gesagt werden. Duele decirlo, pero hay que decirlo.


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