Poco antes de las elecciones de los Estados Unidos de 1992, Bush era considerado imbatible por la mayoría de los analistas políticos, fundamentalmente debido a sus éxitos en política exterior, como el fin de la Guerra Fría y la Guerra del Golfo Pérsico. Su popularidad entonces había llegado al 90 % de aceptación, un récord histórico.
En esas circunstancias, James Carville, estratega de la campaña de Bill Clinton, señaló que este debía enfocarse sobre cuestiones más relacionadas con la vida cotidiana de los ciudadanos y sus necesidades más inmediatas. Con el fin de mantener la campaña enfocada en un mensaje, Carville pegó un cartel en las oficinas centrales con tres puntos escritos: Cambio vs. más de lo mismo. La economía, estúpido. No olvidar el sistema de salud. Aunque el cartel era solo un recordatorio interno, la frase se convirtió en una especie de eslogan no oficial de la campaña de Clinton, que resultó decisivo para modificar la relación de fuerzas y derrotar a Bush, algo impensable poco antes.
En ciencias sociales como la Sociología, Psicología y Comunicación se denomina encuadre (en inglés, frames) a los esquemas de interpretación en los que se basan los individuos para entender y responder a eventos sociales. En términos simples, las personas adquieren y construyen a lo largo de sus vidas una serie de encuadres mentales o marcos de interpretación con los que dan sentido al mundo. Las decisiones que toman (apoyar o cuestionar a personas o iniciativas) se encuentran influenciadas por sus encuadres. La agenda setting es un enorme colaborador que trabaja en tándem con el framing.
Casi todos los eventos políticos que estamos viviendo en las últimas semanas son actos cuidadosamente escenificados, que en realidad se presentan como hechos. Basta con que uno se ponga a recabar evidencia y la encontrará y en abundancia. Además, porque no hay demasiado cuidado ni talento en las mismas. Son operaciones bastante burdas. El secreto estuvo, está y estará siempre en plantear el partido de manera proactiva. Jugar al anticipo, marcar la cancha antes que el que está en frente lo haga por nosotros. Y para eso, es vital tener un equipo que esté por fuera del día a día, aquello que muchas veces consume, atrapa y absorbe. Lo urgente supera por lejos a lo importante. Podrá parecer trillado y de hecho lo es, pero debe ser el equipo que mire el bosque y no solo uno o dos árboles. Que encima son trasplantados.
La política, esa mala palabra que empieza con p y termina con a, se trata muchas veces de alejarnos un poco. De darnos el lujo de mirar desde lejos, eso nos permite visualizar y observar con atención algunas operaciones que se disfrazan de hechos.