- Por el Dr. Juan Carlos Zárate Lázaro
- MBA
- jzaratelazaro@gmail.com
El nuevo presidente de la Argentina, Javier Milei, ha designado como vocero presidencial al economista Manuel Adorni, una persona que a pesar de su juventud, cuenta con un importante bagaje de experiencia en los medios de prensa, quien cada día a partir del lunes 11 pasado hace desde la Casa Rosada su conferencia de prensa orientado a los medios radiales, escritos y televisivos acerca de los principales planes estratégicos que viene llevando adelante el nuevo gobierno que recientemente asumió.
Es sabido que una buena estrategia comunicacional se constituye en uno de los medios más pragmáticos y positivos para que los medios puedan enterarse de primera mano de todos los pasos que viene dando el Gobierno, donde luego de escuchar la exposición de su vocero, tienen la posibilidad de hacer preguntas aclaratorias sobre los principales temas/aspectos abordados cada día.
En el caso de Argentina, se justifica plenamente que estas reuniones de prensa en principio se realicen todos los días, dado que están en pleno proceso de reingeniería estructural que permita revertir todos los aspectos negativos dejados como “herencia” por el gobierno saliente, que fue uno de los peores de los últimos años, llevando a la fecha arrastrado una inflación interanual del 143 por ciento, en un país con 46 millones de habitantes, de los cuales aproximadamente el 45 por ciento (más de 16 millones de personas) están en situación de pobreza y pobreza extrema, y aproximadamente unos 5 millones de personas no tienen capacidad para acceder a un plato de comida.
Qué bueno sería que también aquí podamos tener a un vocero del presidente de la nación, independientemente a los temas que puedan transmitir a la ciudadanía los ministros de cada una de las carteras de Estado.
El vocero presidencial es el responsable de transmitir a los medios de prensa todas las acciones que se vienen llevando a cabo en el día a día, dándoles en el caso argentino la posibilidad de que todos los que lo deseen puedan escuchar y observar en forma directa a través de la radio o la televisión, sin necesidad de esperar que sean los periodistas quienes puedan transmitir a la gente dichas noticias, dado que en muchas ocasiones las mismas son distorsionadas y no reflejan la realidad de tal o cual acción o situación.
Con estas acciones, el Gobierno está dando a la ciudadanía la transparencia y objetividad necesaria de primera mano, de parte de un vocero que debe reunir los atributos académicos y técnicos necesarios, para poder transmitir a los medios de prensa todos los temas con soltura, tecnicismo, claridad y firmeza.
Muchas son las acciones que se han venido encarando en forma directa por el Poder Ejecutivo.
En la medida en que la ciudadanía a través de estas conferencias de prensa puedan estar al tanto “just on time” de los planes estratégicos que se los llevan adelante en diversos sectores y donde se los explique claramente el impacto cuali/cuantitativo que podrían tener, como también decir sin vueltas en forma asertiva sí o no cuando corresponda.
En la Argentina el gobierno actual ha señalado con énfasis: “No hay plata”, “vamos a estar quizás peor por unos meses”, “nos hemos visto en la extrema necesidad de achicar la estructura del Estado y la calidad del gasto público entre otros aspectos”, además de la suspensión por 1 año de las pautas publicitarias del Gobierno, y otras acciones tendientes a la consecución de las reformas estructurales que precisan sin pérdida de tiempo en un país devastado en su macroeconomía.
Por fortuna, en Paraguay desde el punto de vista macro y microeconómico, la situación no es de tanta angustia como el vecino país, aunque no podemos obviar de mencionar que tenemos aproximadamente un 25 por ciento de pobreza y pobreza extrema (más de 1,2 millones de personas) y miles en edad económicamente activa que precisan encontrar una fuente de trabajo y a los cuales deberán seguir enfocados las estrategias del actual gobierno, no siendo fácil ver rápido resultados positivos, dado que también al igual que la Argentina hemos heredado una de las peores administraciones gubernamentales de los últimos años, con una superpoblación de más de 406.000 funcionarios públicos que insumen mes a mes más del 80 por ciento de los gastos rígidos del PGN.
Qué bueno sería que también aquí podamos tener a un vocero del presidente de la nación, independientemente a los temas que puedan transmitir a la ciudadanía los ministros de cada una de las carteras de Estado.