- Por Gabriela Teasdale
- Socia del Club de Ejecutivo
Diciembre es la conclusión de los 11 meses anteriores, y como tal, es un tiempo de reflexión pero también de decidir acciones. Hemos pasado por muchas cosas este año y en pocas semanas vamos a comenzar uno nuevo.
Yo suelo revisar las metas que me fijé hace doce meses, poniendo especial atención en aquellas que no logré alcanzar por completo. Luego, hago una revisión de los motivos que dejaron ese objetivo a medio camino. ¿Pude haber hecho más para cumplirlo? ¿Pude reformularlo a tiempo para avanzar, aunque sea en algo? ¿Qué obstáculos encontré? ¿Qué lecciones aprendí y cómo puedo tener éxito en el futuro? No es una tarea fácil, porque requiere de mucha sinceridad con uno mismo. Podemos inventarnos mil excusas, pero en el fondo todos sabemos si hicimos lo suficiente. Después viene la tarea de elegir los objetivos para el próximo año. Este es un ejercicio que me ha ayudado bastante desde que comencé a practicarlo y por eso me gustaría compartir algunos conceptos útiles.
Un objetivo es algo tangible y concreto: son planes a largo o corto plazo. Por ejemplo, crear tu propia empresa antes de cumplir 35 años o levantarte todas las mañanas a las 6:00 para hacer ejercicios. Tienen que ser alcanzables y específicos. Muchos piensan que las metas son como sueños en el sentido de que pueden lograrse “algún día”. Ese es el motivo por el que las personas nunca alcanzan sus sueños, porque se olvidan de la parte de llevarlos a la acción. Sin objetivos, los sueños se quedan en deseos, esperanzas y pensamientos, y no tienen ninguna posibilidad de hacerse realidad. Los objetivos son el camino a seguir para hacer realidad los sueños.
Brian Tracy tiene un método para lograr objetivos. Él recomienda tomar un papel y hacer una lista de 10 logros a alcanzar en los próximos 12 meses. Algunos podrían cumplirse en un día, otros en varios meses, pero todos deben poder cumplirse en el plazo establecido. Una vez confeccionada la lista propone que nos hagamos un planteamiento. Si tuviéramos una varita mágica y pudiéramos realizar una de nuestras metas en las siguientes 24 horas, ¿cuál tendría el mayor impacto positivo? Esa meta se convertiría en tu mayor propósito, tu meta principal. Tras elegirla escribes una fecha de cuándo podrías alcanzarla y una lista de todo lo que podrías hacer para llevarla a cabo, en un orden secuencial de lo que debes hacer en primero, segundo y tercer lugar. Eso te ayudará a saber qué debes hacer cada día y te permitirá avanzar.
Si te pusiste objetivos para este año que termina, te invito a reflexionar de forma franca y sin atajos, si lograste cumplir todos o al menos una parte de estos propósitos. Te animo a que hagas tu lista, concreta y con plazos, para el próximo año. Tus objetivos pueden ser tan disímiles como comprarte una casa o dedicar media hora más a la semana para pasar tiempo de calidad con tus hijos. Lo importante es visualizarlos, planificarlos y tomar acción para llevarlos adelante. ¡Buena suerte!