- Por Felipe Goroso S.
La radicalización es un proceso que conlleva cambios a nivel de las cogniciones, emociones y comportamientos dirigidos a elevar la apuesta para aumentar la justificación para el conflicto. Así, la radicalización demanda el compromiso personal, así como la inmolación de la imagen personal en defensa del grupo.
Los aspectos racionales se entienden como decisiones resultantes de un cálculo costo-beneficio. Entre los beneficios de pertenecer al grupo radical, está el de proporcionar un sentido de pertenencia al individuo, estado de ánimo y autoestima, buscando ser considerados víctimas, con el respaldo férreo y cada vez más alevoso de los grupos de medios que intentan darle el framing a la discusión en el debate público cumpliendo el papel de órganos de propaganda y vocería.
En cuanto a los aspectos emocionales, se considera a la actuación impulsada por las pasiones; en esta categoría se enmarcan sentimientos como frustración, rabia, deseos de venganza, rencor y otros. Al respecto, el aspecto más importante en la decisión de radicalizarse es apuntar al componente afectivo, debido a las emociones provocadas ante la presentación escenográfica de un supuesto rompimiento de las normas.
Es un proceso hasta si se quiere entendible, pero que no sirve a un propósito claramente definido y mucho menos sustentable en el tiempo. Estamos siendo testigos de la ya excesivamente prolongada estela que dejó el resultado de las últimas elecciones donde le asignó a los candidatos y fuerzas políticas por fuera del Partido Colorado un porcentaje mínimo. La respuesta que han decidido dar al pueblo desde esas minorías es recorrer el camino de la radicalización azuzadas por grupos de medios los cuales hacen cada vez más propaganda y menos periodismo, arrojan al viento la credibilidad que alguna vez tuvieron y que hoy esta cada vez más distante proporcional a su influencia e imagen.
Un episodio más de esto es lo que vimos durante todo el proceso de designación y juramento de la nueva representante del Poder Ejecutivo ante el Consejo de la Magistratura, la doctora Alicia Pucheta.