• POR JORGE TORRES ROMERO
  • Columnista

El gobierno de Peña fue auscultado desde la pri­mera semana. Sus detrac­tores de la prensa, que fueron cómplices de la corrupción del gobierno anterior y articula­dores del posicionamiento del candidato Efraín Alegre (Grupo Vierci-Zuccolillo), se frotaban las manos aguardando echar tinta a la gestión de Peña. Era natural, hasta ahora no han digerido el amargo sabor de sentirse perdedores. En pleno uso de sus derechos de libertad, como nunca antes se jugaron por un proyecto político, aunque hoy, quieran desligarse de ello.

Estos conglomerados y los gru­pos políticos “tiktokers” de la oposición no quieren que el Paraguay esté mejor. Si al Para­guay le va mejor, la atomizada oposición se queda sin argu­mentos para construir su capi­tal político. Este capital, peno­samente, se construye sobre el fracaso del enemigo político (ANR). Y ese sector de la prensa aludida, ya no está en condicio­nes de seguir otros cinco años más alabando a un gobierno.

Peña no solo ha derrotado a una oposición desatinada y sin seña­les de encontrar un rumbo, sino también a un aparato mediá­tico diseñado para liquidarlo, así como también ganó a las intromisiones y pretensiones de la Embajada de los EE. UU., que abiertamente militó para torcer la voluntad popular con denuncias, hasta ahora, sin ser corroboradas sobre los adversa­rios políticos ocasionales.

Entonces, el auscultamiento al gobierno de Peña en forma pre­matura estaba previsto y eso no es malo, al contrario, la prensa retoma su rol de contrapoder, olvidada en cinco años, pero que obliga al Gobierno a mejorar sus estándares de resultados. De este gobierno se espera más y la presión será el doble. Del que se fue nunca nadie esperó nada, estuvieron concentrados en liquidar el enemigo político, mientras la ciudadanía padecía las consecuencias.

Un exdiputado liberal posteaba en sus redes, “...en 100 días nada relevante para el bienestar de la gente, sino para los caprichos del patrón…”. Tamaño desprecio a la realidad y la verdad explican las razones sobre la situación de la oposición paraguaya: dis­curso de odio, rabia y frustra­ción, pero alejados y desconec­tados del día a día del ciudadano.

Un par de hechos relevantes que apagaron toda crítica miserable sobre los avances en estos 100 días en el gobierno de Peña. La reducción del precio del com­bustible influye en el bolsillo de la gente (diésel, nafta, gas). 45 mil ciudadanos atendidos en consultas nocturnas. Pro­tección a los productores fru­tihortícolas, MAG no cedió al “apriete” de importadores, hoy se estabilizó. El MOPC encen­dió las cámaras apagadas ins­taladas en los peajes y aumen­taron la recaudación en G. 2 mil millones. El Ministerio de Urba­nismo triplicó (6.675) lo que los gobiernos anteriores gestiona­ron en 100 días la construc­ción de viviendas sociales. La Dirección de Ingresos Tribu­tarios asestó un golpe de USD 6 millones al contrabando, en defensa de los puestos de tra­bajo y las recaudaciones subie­ron en un 15 % en comparación al año pasado.

Es decir, mientras estas accio­nes sigan, con un norte y resul­tados, hay esperanzas de que Paraguay esté mejor, a pesar de quienes solo describen sobre un Paraguay oscuro. Puedo estar equivocado, pero es lo que pienso.

Etiquetas: #Santi#gobierno

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