De la magnitud de las dimensiones que acontecen en uno surgen las respuestas que se expresan en los diferentes entornos en donde se realizan. Es inevitable el vínculo entre la valoración de lo que sucede y la conducta que se manifiesta. La importancia del fenómeno de vivir suscita en el proceso de autoobservación una aceptación de las limitaciones sensoriales aunque dicho reconocimiento estimula el ejercicio de ahondar al máximo con los recursos que se posee. Por ejemplo, si bien visualmente la mirada está supeditada al alcance natural posible, los movimientos oculares realizados con atención pueden facilitar el acceso de las percepciones, generando la contemplación y la admiración de lo visible.
Aprender a valorar lo que uno vive es fundamental para agradecer. Es gigantesco el universo de los agradecimientos. Siempre hay una razón para decir gracias. Los destinatarios de la gratitud pueden ser de diferentes ambientes, con distintas historias; como cuando uno al caminar y llegar a una esquina acata las normas de tránsito peatonal, al igual que lo hace quien conduce y le da paso, porque corresponde en ese momento que así sea. En ese episodio enunciado, el gesto de agradecer produce una linda sensación entre quienes están implicados en el hecho. Por consiguiente, dimensionar el caminar o el conducir con el acto de compartir un ademán hacia el otro forma parte del ser ciudadano del mundo. Aquí o allá, adonde uno quiera que esté puede convivir junto a los demás.
En los detalles del vivir las dimensiones se hacen grandes. Por eso una flor puede representar la deferencia hacia quien la recibe o un abrazo la contención que engloba a mil palabras. El nexo de las apreciaciones y los comportamientos se estrecha cuando las enseñanzas tienen el origen en los ejemplos. Es que los hechos son maestros.
La posibilidad de socializar en la esfera familiar, o en las actividades laborales o sociales, o allí donde cada cual puede ser partícipe del día a día, se constituye en una oportunidad para apreciar lo que se vive. Dando vigor a eso que permite sentirse bien, estar bien; estimulando lo que habilita la utilización de los verbos entender, colaborar, acompañar, valorar y crecer.
La sociedad es el escenario central de las gratitudes. Entre las autorrealizaciones que puede vivenciar el ser humano, el saber agradecer tiene un espacio destacado. Y la forma de su transmisión puede tener tantas puestas como la salida del sol, desde una retribución espontánea hasta lo que particularmente uno considere apropiado.
El ser social se caracteriza por aprender junto a los demás, por destacar en su vida aquello que le permite fortalecerse como persona y por comprender que el prójimo es valioso, al cual hay que considerarlo y respetarlo como tal.
Aprender a valorar lo que uno vive es fundamental para agradecer. Es gigantesco el universo de los agradecimientos. Siempre hay una razón para decir gracias
Las fechas 7 y 8 de las eliminatorias sudamericanas se disputarán los días jueves 5, viernes 6 y martes 10 de septiembre. Nación Media está lista para ofrecerte otra gran cobertura con GEN Albirrojo ueno, a través de las pantallas de GEN, Universo y Hei. Foto: Nación Media
GEN Albirrojo ueno, más fuerte que nunca en un nuevo combo de eliminatorias
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Las fechas 7 y 8 de las eliminatorias sudamericanas se disputarán los días jueves 5, viernes 6 y martes 10 de septiembre. Nación Media está lista para ofrecerte otra gran cobertura con GEN Albirrojo ueno, a través de las pantallas de GEN, Universo y Hei.
Con los derechos exclusivos para transmitir los partidos, Nación Media te brinda una experiencia inigualable, acompañando a la hinchada en cada paso rumbo al Mundial de México, Estados Unidos y Canadá 2026.
La Albirroja afronta dos desafíos cruciales: el viernes 6 de septiembre contra Uruguay y el martes 10 contra Brasil. Con la transmisión en vivo por GEN y en los canales de YouTube de GEN y Versus. No te pierdas ni un solo partido de este emocionante combo 4. Te dejamos el calendario completo para que sigas de cerca a Paraguay y a las demás selecciones:
¿Por qué no hemos sido contactados por otra civilización?
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La humanidad lleva décadas enteras disparando todo tipo de señales a lo largo y ancho del universo observable. La búsqueda de vida extraterrestre solo arrojó algún dudoso indicio, pero ninguna prueba concluyente hasta el momento.
Por Gonzalo Cáceres
Periodista
Fotos AFP
La Vía Láctea (nuestra galaxia) contiene cientos de miles de millones de estrellas y más allá también existen otros cientos de miles de millones de galaxias, cada una con su propio conjunto de estrellas, planetas y otros cuerpos celestes, lo que nos lleva a aceptar la existencia de planetas muy similares a la Tierra, con agua líquida y atmósferas potencialmente habitables.
La existencia de vida inteligente fuera de nuestro mundo es de los grandes enigmas que estimulan nuestra experiencia como seres pensantes e innovadores. Consecuentemente, la respuesta viene por su propio peso, porque la lógica dicta que resulta difícil aceptar que no haya otra civilización más que la nuestra habitando en el vasto universo.
INDICIOS
Con la ayuda de potentes telescopios espaciales, sondas, misiones y otros instrumentos, la humanidad ha sido capaz de comenzar el estudio de una ínfima parte del universo en longitudes de onda de radio, revelando fenómenos como púlsares, cuásares y el fondo cósmico de microondas, entre otros.
Es así que el 15 de agosto de 1977 tuvo lugar el considerado “incidente” más importante en la materia. Ese día, un proyecto SETI (Search for Extraterrestrial Intelligence) del radiotelescopio Big Ear de la Universidad Estatal de Ohio, bajo el mando del astrónomo Jerry Ehman, recepcionó una señal que duró aproximadamente 72 segundos. Fue significativamente más intensa que el ruido de fondo normal y parecía ser de origen externo al sistema solar.
Esta señal estaba centrada alrededor de una frecuencia de 1420 MHz (resonancia natural del hidrógeno, el elemento más abundante en el universo) y fue tan inusual que Ehman escribió “Wow!” en el margen del registro de datos impresos. A pesar de muchos intentos de escucharla de nuevo, nunca más volvió a detectarse, lo que generó una lluvia de especulaciones y debates sobre su origen.
Otro de los eventos importantes tuvo lugar el 19 de octubre de 2017, cuando el astrónomo Robert Weryk con el telescopio Pan-STARRS1 (Hawái) avistó el primer objeto interestelar confirmado en visitar nuestro sistema solar. Lo llamaron Oumuamua (mensajero de lejos que llega primero, en hawaiano).
Según los cálculos, Oumuamua vino probablemente de la dirección de la constelación de Lyra y pasó cerca del Sol. Por sus características únicas y misteriosas (forma alargada y parecida a un cigarro, con dimensiones de unos 800 metros de largo y 80 metros de ancho) levantó especulaciones sobre su posible origen natural o artificial.
DEMASIADAS CHANCES
¿Por qué aceptar la existencia de otra forma de vida inteligente? Los distintos proyectos activos de investigación en astronomía y astrobiología han identificado unos 4.000 exoplanetas, de los cuales cientos ostentarían ecosistemas que se condicen con la vida, por citar algunas de las más promisorias: TOI-700 d, LHS 1140 b y/o unos exoplanetas localizados en el sistema (4) TRAPPIST-1.
Pero veamos algo más concreto. Ubicado a unos 1.400 años luz de distancia en la constelación de Cygnus, un serio candidato para albergar vida es, por ejemplo, el exoplaneta Kepler-452b. Se encuentra dentro de la zona habitable de una estrella muy similar al Sol, tan semejante a nuestro mundo en tamaño, órbita y composición, por lo que recibió el apodo de Tierra 2.0.
Oumuamua, el primer asteroide interestelar
Sobre Kepler-452b se especula que podría tener agua líquida en su superficie, lo que eleva las probabilidades de que al menos albergue algún tipo de vida vegetal o forma animal. Como Kepler-452b hay cientos y seguramente miles de millones de mundos que aguardan por revelar sus secretos. ¿En cuánto tiempo podríamos alcanzar uno de estos planetas? Con las fuentes de energía y tecnología de transporte y propulsión actual, lo más probable es que no será pronto.
Suponiendo que entre uno de estos miles de millones de mundos habitables se encuentre una con vida inteligente, una civilización tan avanzada o más que la nuestra o con la tecnología como para dominar el paso por el espacio profundo, ¿por qué no nos han contactado? Hay que entender que nuestra tecnología actual puede no ser lo suficientemente sensible para detectar las señales extraterrestres débiles o podríamos estar buscando en el lugar equivocado del espectro electromagnético.
Así, convencida de la existencia de vida inteligente en algún lugar del cosmos, la comunidad científica se inclinó por una serie de teorías que tratan de dar lógica a nuestra “soledad” en el universo.
GRAN FILTRO
La teoría del gran filtro postula que existe algún tipo de obstáculo que impide que las civilizaciones avancen desde etapas simples (como la vida unicelular) hasta formas de vida complejas y tecnológicamente aptas para colonizar el espacio. Este filtro podría estar relacionado con eventos catastróficos, extinciones masivas o con problemas inherentes a las civilizaciones, como la autodestrucción a través de armas y/o el cambio climático.
RAREZAS
Hay una línea de teóricos que sugieren que la vida compleja e inteligente podría ser extremadamente rara (no única) en el universo. Esto podría deberse a condiciones específicas que favorecen el desarrollo de la vida, como la estabilidad a largo plazo de un entorno planetario o la existencia de agua líquida, entre otras.
También se debe tener en cuenta que es posible que las formas de vida extraterrestre sean diferentes en términos biológicos y culturales, y, por lo tanto, sus formas de comunicación podrían ser radicalmente distintas a las nuestras.
DISTANCIA Y TIEMPO
Se calcula que la Vía Láctea, nuestra galaxia, tiene un diámetro de aproximadamente 100.000 años luz (la distancia que la luz viaja en un año en el vacío, aproximadamente 300.000 kilómetros por segundo) que equivale a aproximadamente 9.461 billones de kilómetros.
La estrella más cercana a nuestro Sol, Proxima Centauri, está a unos 4,24 años luz y el centro de la Vía Láctea está a unos 26.000 años luz de nuestro sistema solar.
Aunque la vida extraterrestre puede existir, las distancias entre estrellas son tan grandes que el tiempo requerido para que la luz y las señales viajen entre sistemas estelares puede ser prohibitivo. Esto dificulta tanto el contacto directo como la detección de señales débiles de radio o luz. Es decir, el universo sería tan ridículamente vasto que entorpece toda forma de contacto.
ETAPAS
De existir, las civilizaciones extraterrestres pueden no haber alcanzado un nivel tecnológico lo suficientemente avanzado como para ser detectadas o para comunicarse efectivamente a través del espacio interestelar. O podrían estar en una etapa de desarrollo muy diferente a la nuestra, centradas en otras cuestiones y no en el contacto.
¿PARA QUÉ CONTACTARNOS?
Yendo a un plano filosófico, las civilizaciones extraterrestres podrían optar por no revelarse y/o comunicarse con otras menos desarrolladas o mucho más avanzadas por razones varias o por evitar interferir en su evolución.
Aquí no hablamos de una cuestión ética, sino que podemos plantear la pregunta de si de verdad nos consideran avanzados o, en todo caso, primitivos e impulsivos y un auténtico peligro para su propia seguridad y existencia.
Comparación entre la Tierra y el planeta Kepler-452b, cuyo diámetro es aproximadamente un 60 % mayor
¿LOS ÚLTIMOS?
El planeta Tierra se formó hace 4,5 mil millones de años, aproximadamente, y las primeras formas de vida surgieron a los 3,8 mil millones de años. El primer eslabón conocido de la cadena evolutiva humana apareció hace entre 6 y 7 millones de años y el hombre moderno lo hizo “recién” hace 200.000 años.
Sumeria, la primera civilización humana de la que hay registro histórico, data de hace unos 6.000 años y la exploración espacial arrancó hace poco menos de 70 años. Es decir, en términos del cosmos, somos muy verdes aún.
Una teoría bastante pesimista señala que tal vez la humanidad llegó tarde. Es decir, seríamos los últimos, la última forma de vida inteligente.
PELIGROS
Por otra parte, existen posiciones que sostienen que estaríamos mucho más seguros solos y en silencio. La controvertida teoría del bosque oscuro presume que el universo sería como una enorme y densa selva, que cuenta con toda una cadena alimentaria conformada.
De entre las diversas especies, la humanidad no sería precisamente el eslabón más fuerte de esta cadena. Por ello, estaría más bien siendo protegida por su todavía obsoleta tecnología, lo que evitaría el destaque y la consecuente exposición a los potenciales seres hostiles que acechan entre las estrellas.
Por último, es preciso tener en cuenta que estas teorías no son mutuamente excluyentes y que la respuesta al gran enigma puede ser una combinación de múltiples factores. La investigación continúa en áreas como la astrobiología, la búsqueda de exoplanetas y la exploración del espacio interestelar, lo que probablemente arrojará resultados en el futuro.
Una nueva figura se incorpora a las mañanas de GEN y Universo
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El reconocido programa matutino de GEN y Universo, Arriba Hoy, aumenta su equipo gracias a la incorporación de una nueva figura. Se trata de Marta Trinidad, quien se suma al panel de conductores conformado por los periodistas Jorge Torres, Cinthia Mora y Seba Llano.
Marta Trinidad es una destacada profesional con una sólida formación académica y experiencia en comunicación. Es psicóloga, máster en gestión de Recursos Humanos y comunicadora, lo que la convierte en un valioso aporte al equipo de conductores.
Su incorporación promete enriquecer aún más las discusiones y análisis que caracterizan al programa. Arriba Hoy se destaca por su enfoque innovador, brindando a los espectadores la oportunidad de participar activamente y formar sus propias conclusiones sobre los temas tratados.
Con la llegada de Marta Trinidad, el programa refuerza su compromiso de ofrecer contenidos de calidad y perspectivas diversas. No te pierdas el estreno de Marta como conductora de Arriba Hoy y acompañá a este gran equipo todas las mañanas, de lunes a viernes de 07:00 a 10:00, para empezar el día informado y con una visión crítica.
El universo continúa expandiéndose, pero va frenando
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La expansión del universo continúa, según los primeros resultados de una investigación astronómica internacional que, sin embargo, apunta a que el fenómeno se podría estar desacelerando.
Por Pierre Celerier
Texto y fotos: AFP
Instalado en un telescopio del observatorio estadounidense Kitt Peak, el Instrumento Espectroscópico para la Energía Oscura (DESI) está equipado con un verdadero ojo de mosca. Contiene 5.000 finas fibras ópticas robotizadas, cada una de las cuales observa durante veinte minutos una galaxia, lo que permite calcular luego, con un espectrógrafo, su distancia y, por lo tanto, la edad del universo cuando emitió su luz.
“Hemos medido la posición de las galaxias en el espacio y también en el tiempo, ya que cuanto más lejos están, más retrocedemos en el tiempo, hacia un universo cada vez más joven”, explica Arnaud de Mattia, del Comisariado de Energía Atómica (CEA) francés, quien codirige el grupo de interpretación cosmológica de datos.
Tras un año, el DESI, un proyecto de colaboración con 70 instituciones internacionales lideradas por el Laboratorio Berkeley en Estados Unidos, ya ha cartografiado seis millones de fuentes de luz, galaxias y cuásares, que representan los últimos 11.000 millones de años de la historia del universo.
Dos conferencias, en Suiza y Estados Unidos, anunciaron el pasado jueves estos primeros resultados antes de una serie de artículos científicos en el Journal of Cosmology and Astroparticle Physics.
La misión principal del DESI es ayudar a comprender la naturaleza de la energía oscura, un elemento tan teórico como misterioso, supuestamente responsable de la aceleración de la expansión del universo.
Más concretamente, esa energía oscura sería la fuerza que aumenta la distancia entre los cúmulos de galaxias, como si el espacio que los separa no dejara de expandirse.
LA ENERGÍA OSCURA VA GANANDO
En el modelo cosmológico estándar, el universo observable está compuesto por un 5 % de materia bariónica –es decir, ordinaria–, un 25 % de materia oscura fría hipotética y un 70 % de energía oscura.
Se sabe desde hace un siglo que está en expansión desde sus orígenes hace 13.800 millones de años. Y se descubrió más recientemente que esta expansión se aceleró significativamente hace unos 6.000 millones de años después del big bang.
Mientras que las dos materias, bariónica y oscura, frenan esta expansión, la energía oscura la acelera.
Y claramente la energía oscura lleva ventaja, según este modelo llamado Lambda-CDM, siendo Lambda la constante cosmológica relacionada con la energía oscura.
“Hasta ahora observamos que los datos coinciden con nuestro mejor modelo del universo, pero también observamos algunas diferencias potencialmente interesantes, que podrían indicar que esta energía oscura ha evolucionado con el tiempo”, dijo Michael Levi, director del proyecto internacional DESI, citado en un comunicado del Laboratorio Berkeley del Departamento de Energía de Estados Unidos.
CONSTANTE COSMOLÓGICA
En otras palabras, “los datos del DESI parecen mostrar que la constante cosmológica Lambda no sería realmente una constante”, ya que la energía oscura tendría un “comportamiento dinámico” según las épocas consideradas, recuerda Arnaud de Mattia.
Con la consecuencia de que la aceleración de la expansión habría sido “más importante en el pasado, después de 6.000 millones de años, para disminuir luego en tiempos recientes”, agrega Christophe Yèche, físico del CEA.
El escenario de una oscilación de la energía oscura en el tiempo aún debe confirmarse con más datos del DESI y de otros instrumentos.
Pero si esta desaceleración se confirmara, entonces habría que repensar la idea del universo en función de ese comportamiento errático de la constante de energía oscura.
Por ejemplo, sustituyendo la constante cosmológica por un campo de fuerza relacionado con una partícula, aún por identificar.
O modificando las ecuaciones de la relatividad general, “para que se comporten ligeramente diferente a escala de las grandes estructuras”, según De Mattia.
No se ha llegado a eso porque, como recuerda el investigador, la historia de las ciencias muestra casos en los que “hemos visto desviaciones de este tipo que se han resuelto con el tiempo”.
Después de todo, más de cien años después de su creación, la teoría de la relatividad general sigue funcionando perfectamente.