- Por el Dr. Juan Carlos Zárate Lázaro
- MBA
- jzaratelazaro@gmail.com
Javier Giménez, del MIC, ha señalado que su administración estaría dando una mayor importancia al sector de las micro, pequeñas y medianas empresas. Esperemos que se pueda llevar adelante en forma seria y responsable, pues sería lamentable que siga siendo de meros “labios para afuera”, como viene aconteciendo desde hace varios años.
Los resultados se ven dentro de la cancha y no mirando simplemente desde las graderías, razón por la que de una vez por todas tenemos que disponernos a eliminar los meros trabajos de gabinete y salir de nuestra “zona de confort” y mantenernos parado y proactivos como dijo Peña.
Giménez mencionó que 8 de cada 10 empresas que se constituyen dentro de este segmento de negocios generan más del 70 por ciento de la mano de obra local, lo cual se ajusta a la verdad, y por eso mismo es que el trabajo de formalización deberá ser lo más profesional, eficiente y eficaz posible por parte del Gobierno.
Es importante tener en cuenta que si seguimos trabajando en compartimientos estancos, sería muy poco lo que se podría obtener a futuro y podríamos llegar a los 100 días igual que ahora. Peña en la reunión del Consejo de Ministros les había dicho claramente a sus colaboradores que debía imperar entre las instituciones un trabajo participativo y bien coordinado para que se puedan ver resultados en el corto plazo.
Giménez dijo que se enfocarían para darle un mayor protagonismo a las mipymes, teniendo en cuenta el impacto que generan dentro de nuestra microeconomía, como principales generadores de fuentes de trabajo y que son tan importantes como las empresas de tamaño corporativo y las maquiladoras.
El objetivo primario de Santiago Peña es la creación de 500.000 fuentes de trabajo en los próximos 5 años y las mipymes no deben quedar afuera.
Para que nuestros emprendedores puedan ver todo esto como una inversión y no como un gasto, deberían el MIC, Ministerio de Trabajo, IPS y el BNF unir fuerzas y capacitar a los mismos, dado que es bien sabido que una de las principales debilidades del que adolecen es una muy limitada educación financiera y manejo de las principales variables del negocio.
Se los deberá capacitar en el manejo de presupuestos financieros, política de manejo de cuentas a cobrar e inventario, políticas de fijación de precios, cómo estructurar políticas de marketing, cómo segmentar sus mercados objetivos e incluso cómo deberían enfocar el negocio para poder crecer hacia afuera y poder ser cada vez más rentables y competitivos.
Si se los enfoca solo desde el lado de que si se formalizan, sus funcionarios accederán al salario mínimo legal y al seguro del IPS no es suficiente.
Ellos también precisan que a través de nuestra principal banca pública de desarrollo, se los asesore como deben trabajar para ser sujetos de crédito y dejar de recurrir a empresas de créditos no reguladas que les “siguen vacunando” con las tasas de interés, restándole competitividad.
Si entre todas las instituciones involucradas se ponen de acuerdo y elaboran un programa bien completo para que los emprendedores se sientan motivados y puedan ver los beneficios implícitos que trae consigo el estar formalizados, se podrán conseguir resultados mucho más auspiciosos, pues podrán ver y escuchar que si enfocan sus negocios de forma no artesanal, su gestión económica se podría ver beneficiada y fortalecida, a través de mayores niveles de facturaciones y, por ende, niveles de utilidad neta.
Tengamos en cuenta que el problema principal de esta gente estriba en la formación limitada que poseen dificultándolos muchas veces poder hacer frente a sus gastos fijos mensuales, pero si se les abre los ojos de cómo deberían de trabajar, es dable esperar que sus paradigmas sean diferentes.
Peña tiene razón al decir que para apuntar a mejores resultados se debe orientar esfuerzos a un trabajo participativo o en equipo, pues si en forma individual cada uno quiere hacerse acreedor de estrellas es poco o casi nada lo que se podría avanzar.
Estamos en pleno siglo XXI donde la tecnología y procesos digitales avanzan raudamente afectando en forma directa a la estructura organizacional y formas de pensar y de actuar de nuestras empresas. Así de simple.