- POR ISMAEL CALA
- www.IsmaelCala.com
- Twitter: @cala
- Instagram: ismaelcala
- Facebook: Ismael Cala
Cuéntame, ¿cuándo fue la última vez que apagaste tu laptop o tu teléfono? ¿Crees que realmente podrías hacerlo durante tu tiempo de vacaciones? Sé que estarás pensando que es prácticamente imposible, pero la verdad es que bien que podrías hacer un esfuerzo en reducir tu tiempo en redes.
El verano suele ser por excelencia la época de días libres para millones de personas en el mundo, o al menos para quienes puedan darse esa oportunidad, pero, en realidad, tiene muy poco que ver con el tiempo de desconexión de las redes.
De hecho, según datos publicados en la web passport-photo online, al menos un 89 por ciento de los viajeros revisaron sus redes sociales durante su más reciente viaje, y 6 de cada 10 personas reconocieron que el uso constante de las redes tuvo un impacto negativo en sus últimas vacaciones.
Ni hablar del problema global que está suponiendo para muchos sitios turísticos, especialmente aquellos protegidos por su biodiversidad: el recibimiento en masa de personas que solo están pendientes de subir una foto en Instagram, en vez de vivir la experiencia y admirar el presente.
Ante tal necesidad angustiante que sienten millones de personas adictas al internet, es necesario que internalicemos que la palabra “desconectar” va mucho más allá de un acto tan simple como apretar el botón on-off: es la capacidad de quitar nuestro enfoque del trabajo, los pendientes, de revisar memes o publicar estados, y dedicarnos un tiempo a nosotros, sin mirar las notificaciones.
¿Cómo pretendemos volver descansados, cuando somos incapaces de apagar las preocupaciones cinco minutos, cuando es más importante fijarse en el timeline que tomarse un tiempo para aliviar el estrés, hacer actividades que nutran nuestros lazos afectivos o dormir?
Actividades como la meditación pueden practicarse en tres minutos al día, y dejan una huella positiva en nuestra salud que puede prolongarse en el tiempo si la añadimos como parte de nuestras actividades regulares.
Algo tan simple como una conversación con un ser querido, un amigo, puede elevar tus endorfinas y brindarte un momento de felicidad. Así que, querida lectora o querido lector, en estas fechas propón una recreación más consciente: cuando alguien te hable, deja el móvil, mírale a los ojos. Conecta con esa persona para que puedas volver a hacerlo contigo.
Decía el escritor inglés del siglo XV, sir Thomas Browne: “Todas las maravillas que buscas están dentro de tu propio ser”. Así que antes de tomar unos días de descanso, realmente piensa en lo que tu cuerpo necesita. Disfruta tu tiempo en off.
Actividades como la meditación pueden practicarse en tres minutos al día, y dejan una huella positiva en nuestra salud que puede prolongarse en el tiempo si la añadimos como parte de nuestras actividades regulares.