- Por Laura Ramos
- Socia del Club de Ejecutivos del Paraguay
Estamos en un momento de grandes cambios para el país, ya que tendremos en tan solo días un nuevo equipo de trabajo en el Gobierno. Y, por ende, seguramente asistiremos a distintas visiones de cómo deben de plantearse los problemas y así también las soluciones a los mismos. Como ciudadanos no podemos sino desear el mejor de los éxitos y mejores augurios para la nueva administración, ya que el futuro de todos los paraguayos depende en gran medida de las decisiones que se tomen por quienes asumen próximamente.
Cada vez que se producen estas transiciones renuevan la esperanza y el optimismo de la ciudadanía, ya que es una oportunidad para realizar mejoras en los ámbitos que aún no se han resuelto con anterioridad. Si bien hay cambios necesarios que se deben gestionar desde el Gobierno, no nos debemos de olvidar que hay aspectos que se deben socializar con los distintos grupos afectados por dichas decisiones. Es decir, si se aprueban proyectos de ley sin ningún consenso con quienes se verán afectados por la misma legislación, difícilmente se pueda llevar adelante una implementación exitosa.
Necesitamos tener un diálogo amplio y permanente entre los distintos actores, el ámbito público y el privado, para poder compartir la visión desde ambos sectores. Seguramente la complementariedad llevará a mejor puerto que imponer decisiones unilaterales. La forma de trabajo que se adopte es tan importante como los cambios en sí que se desean realizar. Hay que reconocer que no es viable un país próspero sin el apoyo mutuo entre los distintos sectores. Pero para que esto se dé tiene que haber un trabajo en equipo donde la comunicación sea fluida y se pueda construir confianza para las distintas decisiones futuras.
Por todo esto, es necesario trabajar en equipo desde un inicio, adecuadamente integrado y coordinado. Ello, porque si creemos que podemos revertir las posibles incongruencias de las leyes solamente con las reglamentaciones, puede llegar a ser tarde en muchos casos, o bien sencillamente producir leyes que sean inaplicables. Al incluir al sector privado, que es afectado por dichos proyectos desde un inicio, nos ahorra tener que emparchar aspectos no analizados previamente. Eso, puesto que el análisis exclusivo desde el sector público principalmente contempla, en muchos casos, el mero objetivo recaudador. Es por todo esto que esperamos poder trabajar en conjunto a fin de dar lo mejor de cada sector para la construcción de un país mejor.
Esta es la intencionalidad que debe unirnos, ya que una sociedad más próspera y justa solo podrá ser realidad mediante el aunado esfuerzo de todos. Es entonces la hora de empezar a trabajar todos juntos, independientemente de nuestras diferencias, porque el país lo necesita, y solo así construiremos la patria mejor que nos merecemos.