Una “cosa” es una inflación (suba o precios inflados) rajando a una velocidad del 11,8 % (alimentos 20 %) en un horrible momento económico como en abril de 2022. Y otra un aumento (promedio) en los precios de todo lo que compramos y usamos en casa (en nuestros hogares, y a veces para necesidades fuera de ella) frenándose y yendo al ritmo del 3,5 % al caminar y no correr. La inflación y el poder de compra (valor del dinero) son enemigos. Y hay que tener dinero, empleo y vida digna, a muchos el promedio no es un buen mantel en la mesa familiar. Aun así, ¡positivo!

El Banco Central del Paraguay (BCP) nos entregó el jueves su habitual informe sobre la inflación (Índice de Precios al Consumidor, IPC), en este caso el correspondiente a julio. ¿Resultado mensual, en julio? Cero. 0 %. Los precios no subieron. Quiere decir que desde el 30 de junio al 31 de julio, por así decirlo, no hubo inflación o suba de precios de una canasta familiar promedio de bienes (alimentos por ejemplo) y servicios (luz), que según una encuesta representa lo que se compra en una casa, un hogar también promedio en cuanto a sus ingresos y lo que necesita/adquiere en los mercados. Puede ser que los precios subieron en varios sectores, y bajaron en otros, para esta suerte de empate del 0 %. Hago hincapié en la palabra promedio, porque en realidad y en la realidad, cada persona, cada hogar tiene su inflación, que lo afecta de manera diferente. Puedo estar 10 % o 20 % arriba del promedio del 0 % de julio (con suba de precios) o estar por debajo de esa línea indicativa. Pierdo en el primer caso. La suba o no suba de precios depende también de dónde compro, en qué cantidad, cómo pago, para cuánto tiempo. Y el consumidor es aquella persona que consume bienes y servicios que los productores y proveedores ponen a su disposición. Para estos últimos está el índice mayorista. Pero dejemos de usar la palabra mágica en economía: inflación. En la jerga popular es suba de los precios que consumimos, el alza, el aumento, el agrandamiento, los precios que se inflan. Casi con seguridad ese es el origen de la palabra mágica: inflación (inflation en inglés): inflar los precios (por distintas razones). Y recuerden muy bien, por favor, que cuando los precios se inflan cae automáticamente o se debilita el poder de compra del dinero. La contracara. Por ello el agrandamiento de los precios perjudica tanto a los que menos tienen, los pobres, porque sus dineros no suben. La suba de precios es el impuesto silencioso de los pobres. Pagás más impuestos con el precio más hinchado con tu bolsillo achicándose.

Pero vamos a algo práctico que deben entender: 1) no hubo suba de precios en julio. Lo primero en ver es lo que sucede en el mes; 2) después miramos lo que llamamos la suba de precios en el año (2,2 %) entre el 31 de diciembre del año anterior, en este caso (2022), y el 31 de julio y meses por venir; y 3) y viene lo más importante de las miradas, el más importante de los tres indicadores del informe, técnicamente denominado suba de precios interanual o (en) (de) doce meses. Y no es otra cosa que la variación de precios entre julio de 2022 versus julio de 2023. El próximo mes será agosto contra agosto, y así sucesivamente, hasta el cierre de diciembre con diciembre de los dos años. Si leen la información internacional principal de mediados de julio, al referirse al alza de precios en los Estados Unidos, notarán que los titulares fueron el alza de precios fue del 3 % en junio que es la de doce meses. Casi no importa el mes o en el año. Porque el 3 % es la tendencia y los yankees buscan y necesitan 2 % como alza de precios en el año (12 meses).

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Paraguay se ha caracterizado por una baja suba de precios cada año, con algunas excepciones, hasta que llegamos al 2022. Habíamos terminado en 6,8 % en diciembre de 2021 con tendencia al alza. En el 2022 en varios meses el alza de precios en 12 meses superó el 10 % y el 11 % (abril 11,8 %, superior a julio de 2008, 14 años, 13,4 %). En ese mes, en 12 meses la variación de los combustibles fue de 53 %, frutas y verduras 44 % y alimentos 20 %. Pero terminamos el año con 8,1 % y en lo que va de 2023 la historia es bien distinta: 0 % julio, 2,2 % año y 3,5 % 12 meses. En abril de 2022 tuvimos 1,5 % mes, 5,3 % año, y 11,8 % 12 meses. Precios inflados al 3,5 % y marcadamente más positivamente que agrandados el 11,8 %. El 5 de octubre de 1943 creamos nuestra moneda el guaraní (G) y la pusimos en circulación en 1943. Nunca cambiamos de moneda ni le sacamos cero. Esto quiere decir que la estabilidad de la suba de precios es fundamental para nuestra gente. Por ello apuesta a no perder exageradamente el valor de su dinero. Apuesta a la seguridad. Porque gran parte de la población paraguaya es pobre, con bajos ingresos y casi nada de riqueza. Aquí al lado, nuestra querida Argentina, creó su primera moneda en 1881. Los argentinos cambiaron 5 veces de moneda y le sacaron 13 ceros. Hoy tienen una inflación del 116 %. No se enriquecieron. La verdad, si es verdad, es verdad. Was gesagt werden muss, muss gesagt werden. Duele decirlo, pero hay que decirlo.

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