• Por Eduardo “Pipó” Dios
  • Columnista

El saliente (¡por fin, carajo!) presidente Marito, o nunca mejor dicho, Mborito, ya que si uno se remonta a los orígenes del “marcante” se referiría, en un juego de palabras, al órgano reproductor masculino, que lo describe al sujeto en cuestión de manera íntegra; nos deleitó, esta vez, como gran cobarde que es, por vía de internet, con su “informe de gestión”, si se puede llamar gestión a eso que hace 5 interminables años. El último, repito, ¡por fin!

Entre la sarta de pelotudeces y mentiras, dignas, eso sí, de un pelotudo y mentiroso sin parangón, se permitió, tuvo el atrevimiento de pretender dar consejos, o lecciones o vaya uno a saber qué pasa por esa mente retorcida y totalmente vacía de escrúpulos.

Le preocupa, ndajeko, a Mborito la “concentración de poder”, refiriéndose, el jefe de la pandilla agavillada en el Gobierno, a que tanto el presidente del Senado, y por ende del Congreso, y el de Diputados, pertenezcan al mismo movimiento interno del presidente de la República electo.

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Esto podría ser, aunque muy estúpidamente, discutible eventualmente si es que no reparáramos en el pequeño detalle, que este cretino tuvo en la presidencia del Senado, por sus 5 años de “gobierno” a miembros de su movimiento, sin ceder jamás ningún espacio a nadie de otro movimiento de su propio partido, pese a que fue ese movimiento el que lo ayudó, a duras penas, a llegar al poder.

No solo eso, le negó, inconstitucionalmente el derecho legítimo al senador electo y proclamado Horacio Cartes a asumir la banca que le correspondía, no solo por, repito, ser electo y proclamado, sino por una sentencia y orden de la sala constitucional de la Corte Suprema de Justicia, la que los senadores adeptos a Mborito y alentados por él, en alianza con la oposición, se pasaron por donde usted ya sabe.

Pero no contento con esto, la “mayoría multicolor” de Mborito y sus secuaces senadores, además de hacer jurar a dos amigotes que pasaban por ahí, destituyó por mayoría simple, como una turba de barras bravas, a casi media docena de senadores electos legítimamente por el voto popular, por el simple hecho de no ser de “su bando”.

Este y otros atropellos más, liderados por la hoy, gracias a todos los dioses, exsenadora Gata Flora Masi, se justificaba con su célebre frase “construyan mayorías”.

Siempre se les advirtió a estos mafiosos con fueros, que algún día se les daría vuelta la tortilla y terminarían a los gritos y llorando. Quizás hasta incendiando el Congreso como en otra ocasión.

Hoy tienen que asumir que son 11 pelagatos sin fuerza ni apoyo popular, y Mborito, entender que es la síntesis de la nada, un sujeto despreciado, odiado y metido en cientos de chanchullos y escándalos que, más temprano que tarde, saldrán a la luz y que ni sus “amigos” o aliados circunstanciales que hoy se van borrando lentamente podrán ni querrán ocuparse de darle “una mano”. Mborito, andá aconsejale a tu abuela.

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