A partir del 15 de agosto, el presidente electo, Santiago Peña, no tendrá margen de error. Esos 700 mil paraguayos que votaron el “antisistema”, la bronca, el hartazgo es una señal que no solamente el gobierno de turno, sino toda la clase política debe considerar y saber interpretar para poder dar respuestas a ese sector que ya proactivamente perdió las esperanzas en el sistema democrático, para aferrarse a cualquier cosa que se les proponga como alternativa.
El perjuicio que ha generado al país el gobierno de Mario Abdo es imperdonable y ojalá nunca más se repitan esos modelos (clientelista, prebendario) que a pesar de estar agotado, Abdo y su pandilla se encargaron de sacarle hasta la última gota y lo seguirán haciendo hasta el último día que le quede en el poder a través de las licitaciones vía excepción que esta semana vamos a revelar con cifras escandalosas.
Afortunadamente, políticos como Enrique Riera, Silvio Ovelar, Kattya González, con quienes nos tocó dialogar, han interpretado el mensaje ciudadano en las urnas. Si Peña no hace un buen gobierno y si la clase política no ayuda y sólo se pone a buscar chantajes y coacciones, en los próximos 5 años se tendrá un Payo Cubas que lidere el antisistema.
Ojalá que Peña tenga clara la película y los objetivos. Debe ser incluyente y conquistar a todos para sumar esfuerzos y evitar que le pongan palos a la rueda. El presidente electo tendrá al 90 % de la prensa en contra, esa misma prensa que ignoró la corrupción de Abdo, que apoyó el proyecto de Efraín Alegre y que sólo persiguió al Grupo Cartes y al movimiento Honor Colorado durante cinco años. Esta prensa se está frotando las manos para pescar cualquier desliz de Peña y, de hecho, ya lo están haciendo con el caso del imputado Erico Galeano, a pesar de que el presidente electo marcó la cancha en este punto.
Abdo no se irá a su casa, quiere ir al Senado a cumplir su rol constitucional de senador vitalicio. Quiere ir para ser el primer opositor pero no constructivo, sino destructivo, motivado por su típica pichadura e inmadurez.
Riera recordó que la administración de Horacio Cartes entregó el Estado sin problemas, ni con discursos como “histéricos” ni de copamientos. Reiteró que el nuevo gobierno va a auditar todos los procesos incluso los concursos para cargos que se realizaron durante la transición.
En sus primeros días, Peña deberá contar con un equipo que gobierne y otro equipo que revise las cuentas y las fechorías del gobierno de Abdo. Los robos del dinero público no deben quedar impunes. El mensaje contra la corrupción debe ser claro y contundente. Menuda tarea la que le toca a Peña, quien en pleno uso de su libertad aceptó el reto de dirigir al país y debe actuar con resultados. Tiene todas las condiciones para hacerlo. Hoja de ruta, equipo, y no dejarse presionar por intereses fácticos. Es el dueño de la lapicera, nadie más. Puedo estar equivocado, pero es lo que pienso.