Pensaba que, aprovechando los días santos y el ambiente de reflexión, algunos políticos oportunistas dejarían un poco de lado la mentira como arma para intentar posicionarse ante el electorado a pocos días de los comicios generales. Sin embargo, a juzgar por las publicaciones que leímos en redes sociales, tanto del candidato de la Concertación como de los que pugnan por un escaño en el Congreso para el próximo período, siguen con la consigna de llegar a cualquier precio, aunque sea pisoteando los valores elementales que deberían prevalecer en cualquier puja electoral, donde se define nada menos que el futuro del país para los próximos cinco años. Y vaya que sabemos todo lo que nos puede llegar a costar otra mala decisión en estas generales.
En los últimos días, como por arte de magia, vemos que van apareciendo encuestas “a la carta”, con números dibujados a la medida para demostrar un supuesto favoritismo a favor de Efraín Alegre e intentar desvirtuar todas las demás encuestas que claramente demuestran lo contrario.
Ahora ya ni disimulan y para darle un toque de “credibilidad” recurren incluso a publinotas en medios digitales de países vecinos, ya que la polarización en los medios locales les está jugando una mala pasada, puesto que la gente ya no es tonta y no se traga los titulares catástrofe con los que a diario atacan al candidato del Partido Colorado desde los conglomerados de medios del Grupo Abc y Grupo Vierci, respectivamente. Ni con la ayuda de estos dos grupos de medios pudieron revertir hasta ahora los números que favorecen claramente al candidato de la Lista 1.
Lo triste es que, lastimosamente, una vez más, se está mal utilizando una herramienta fundamental como son las encuestas para intentar instalar una supuesta realidad que no es tal. Esto obviamente puede interpretarse también como parte de lo que se conoce como la “guerra de las encuestas” en época electoral puesto que los responsables de dichos sondeos no se caracterizan precisamente por su infalibilidad.
Es que, en los últimos tiempos, los números tan dispares que presentan algunas encuestadoras terminan por desacreditar su trabajo, que deberían regirse por una metodología de carácter científico. Sin embargo, en algunas ocasiones se presentan números claramente dibujados, que antes de servir como una herramienta útil al electorado, terminan por confundirlo más.
Sin embargo, es más grave lo que están haciendo desde la Concertación Nacional, puesto que no solo se está engañando a la opinión pública mediante encuestas realizadas a medida y distorsionando las expectativas con miras a las elecciones nacionales del 30 de abril. Es que parecería que está todo orquestado como para justificar una posible derrota y de ahí la intención de querer instalar el discurso del fraude. Ya lo habíamos dicho en su momento, que con Efraín todo es posible y con su anuncio de que van a tener su propio “conteo rápido de votos” ya demostró que están dispuestos a patear el tablero ante la falta de votos con tal de conquistar el poder, poniendo en riesgo incluso la institucionalidad del país.
Sin embargo, sabemos que la única verdad es la realidad como decía Aristóteles, pero, si los referentes de la Concertación quieren fantasear y engañarse a sí mismos distorsionando la realidad con encuestas hechas a la medida, es una cuestión de ellos, aunque actitudes como estas podrían derivar en un ambiente de hostilidad innecesario entre compatriotas. Sin dudas, más que nunca cabe aquella expresión tan utilizada por los candidatos que dicen: “La única encuesta válida será la de las urnas”. Puedo estar equivocado, pero es lo que pienso.