- Por Vania Lima
- Gerente de Marketing de Palermo SA
En total fueron 14 años en el Grupo Cartes (como concepto empresarial). Empecé en 2007 en Prana como freelancer. Después estuve 3 años en Pulp, donde empecé como asistente y terminé como jefa. Me echaron (porque era lo correcto) y dos años después me volvieron a contratar para Palermo, como jefa, donde estoy hace 11 años y soy gerente. Toda una carrera profesional completa (y soñada).
Siempre me presenté en el entorno laboral como “Vania, del Grupo Cartes” no solo porque amo Palermo sino porque también fui como una promotora del todo, no solo de una pieza. Para mí éramos una tribu. “Le conocés a tal persona, también trabaja en el Grupo”. Y claro que le conocía. “El Grupo Cartes” éramos todos. Siempre sentí que yo también era parte de las otras empresas porque todos nos sentíamos orgullosos de los logros de todos. Éramos una máquina de hacer cosas. Es que de hecho hicimos tanto que es imposible no sentirse parte. Al final, cuando lográbamos algo nuevo, lo que se decía era “El Grupo Cartes lo hizo otra vez” y todos inflábamos el pecho.
Tal vez por eso muchos dicen que soy muy fanática, pero si ser fanática significa ser agradecida entonces me siento tranquila.
Soy agradecida porque le debo al Grupo la evolución de mi carácter y mi personalidad, gracias a que cuando me echaron sacaron mi mejor versión. Le debo haberme presionado a terminar mis estudios, gracias a eso tengo 2 títulos (licenciatura y maestría) y hoy voy por el tercero porque siguen apostando por mí. Le debo haberme desafiado profesionalmente lanzando productos y marcas paraguayas desarrolladas de cero. Le debo mi marca personal-profesional porque siempre me dieron todas las herramientas para crecer y porque la chapa “del Grupo Cartes” siempre valió mucho para la sociedad empresarial. Ser del Grupo Cartes siempre fue un orgullo.
El Grupo tuvo siempre la filosofía de poner a la gente en primer lugar. Cuando me preguntaban “qué lo que hacen ahí que todo el mundo se quiere quedar” yo les respondía “nos cuidan”. No es una filosofía de extravagancias, no comemos sushi en el almuerzo ni María Castaña de merienda. Es la filosofía de primero pensar en el bienestar de los colaboradores para después poder hacer los negocios.
Simon Sinek dice que solo tendremos equilibrio entre el trabajo y la vida personal cuando nos sintamos seguros en casa y nos sintamos seguros en el trabajo. El Grupo Cartes nos dio siempre esa seguridad en el trabajo para después ir a resolver los problemas en casa. Esto no pasaba solo en una empresa, esto sucedía en la gran mayoría de ellas, sobre todo en las más antiguas.
Cuando fue la pandemia, y con toda la incertidumbre que generó, la bajada fue que no se despidiera a nadie y así fue (y si hubo algún despido fue por otros motivos). 10.000 familias de más de 35 empresas tuvimos la certeza de que teníamos trabajo. La incertidumbre es el peor estado de ánimo del ser humano y sin embargo nosotros podíamos lidiar con todo lo demás porque sabíamos que podíamos trabajar tranquilos.
Hoy vuelve a pasar lo mismo. Todos seguimos en nuestro lugar de trabajo porque el fundador decidió que es mejor dar un paso al costado a perjudicarnos con la incertidumbre. Porque si él se quedaba no habría garantías para nosotros.
El Grupo Cartes como conglomerado empresarial se disuelve. Pero la filosofía de cuidar a las personas y seguir trabajando quedan. La esencia no cambia porque fuimos, somos y seremos siempre GENTE QUE HACE.