- Por el Dr. Juan Carlos Zárate Lázaro
- MBA
- jzaratelazaro@gmail.com
El diagnóstico financiero de la empresa se realiza a partir de la información que proporciona la empresa, que engloba las principales cifras de su gestión económico-financiero-patrimonial, incluidas las informaciones adicionales que estén disponibles, orientadas al análisis y evaluación de la posición actual/proyectada de una compañía, dedicada a un sector específico de negocios.
Engloba en forma primaria la situación actual de la compañía, además de las perspectivas dentro del corto, mediano y largo plazos, que les permitan a sus directivos contar con las herramientas necesarias para una “radiografía” global de la situación de su empresa, incluida la capacidad competitiva y comparativa versus sus principales competidores, que les colocarían en mejores condiciones para la toma de decisiones, además de la formulación de planes estratégicos de negocios, y la correcta identificación de las potenciales oportunidades y amenazas, además de sus debilidades y fortalezas, que les permitan sopesar técnica y profesionalmente los mejores cursos alternativos de acción que deben emprender para seguir siendo rentables y competitivos.
Un trabajo de diagnóstico financiero bien hecho resulta clave para que sus directivos puedan disponer de las materias primas e insumos necesarios, que les permitan tomar las mejores decisiones en función a su posición financiera actual y flujo de fondos, proyectando determinar hasta qué nivel estarían en condiciones de asumir obligaciones con terceros para la cobertura de necesidades de capital de trabajo o inversiones en bienes de capital, además de las coordenadas necesarias para una gestión económica donde sus niveles de facturaciones cubran razonablemente sus costos operacionales y administrativos, lo que les permitan al cierre del período una utilidad neta favorable ajustada a las proyecciones realizadas al inicio de cada ejercicio.
El diagnóstico financiero no constituye un trabajo a realizarse en forma estática a una fecha determinada y luego dejarlo allí, sino a hacer todos los seguimientos/monitoreos a fin de realizar las correcciones/ajustes en tiempo y forma.
Muchos de los problemas que enfrentan las empresas se originan en la ausencia de un correcto diagnóstico en función de un análisis a profundidad de los principales rubros que componen su posición económica y financiera, teniendo en cuenta que los mercados son muy competitivos y dinámicos, donde los productos ya no tienen la misma relevancia de antes, sino que son los clientes quienes se constituyen en el “core” del negocio.
Para que un diagnóstico financiero pueda ser técnica y profesionalmente bien elaborado deberá realizarse por etapas, de manera a que no queden flancos abiertos y pueda tener una cobertura global de la gestión económico-financiero-patrimonial actual y proyectada.
Las etapas a cubrir son las siguientes:
Etapa preliminar: a través de ella es posible determinar el objetivo primario que se persigue dentro del análisis, además del cúmulo de informaciones que se precisan para poder sacar un producto bien elaborado que pueda ser útil a los directivos de la empresa para sus diversas tomas de decisiones.
Etapa del análisis formal: incluye los principales aspectos cuantitativos que engloban a su gestión, usualmente realizada a través de diversos tipos de cálculos, además de gráficos que hacen a los diversos aspectos de la posición económico-financiera de la compañía.
Etapa del análisis real: incluye los principales aspectos cualitativos que conforma el contexto global de la empresa, en la cual con base en los resultados y cúmulos de datos obtenidos en la parte formal permitirán al analista emitir un juicio en función a toda la información recolectada, además de los principales problemas que enfrenta la compañía y las potenciales causas y alternativas de solución, a través de una correcta y bien direccionada selección que permitan su implementación con chances de éxito.
Un buen diagnóstico financiero no deberá excluir el análisis del comportamiento/evolución de los principales indicadores financieros (liquidez y endeudamiento), además de los relacionados con su eficiencia y rentabilidad.