DESDE MI MUNDO

  • Por Carlos Mariano Nin
  • Columnista

Hoy vivimos transmitiendo nuestra vida en vivo. Retratando los momentos para ganar una aceptación que quizás no merezcamos. Son tiempos vacíos.

¿Qué hace que un niño le haga bullying a otro, o que los jóvenes se peleen a muerte a las puertas de un bar, o por qué un joven corre con su moto a toda velocidad aun sabiendo que las posibilidades de matarse son altas?

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La mayoría de las veces no tengo respuestas, y quizás muchas cosas simplemente no tengan explicación. Pero si tuviésemos tiempo para detenernos y explicarles más acerca de la vida, quizás podamos cambiar algunas cosas.

Y la respuesta puede parecer sencilla. La vida es frágil, una vez que la perdemos ya no se recupera. Es como las palabras, una vez dichas no regresan. Es elemental. Vivir no es humillar al más pequeño, ni arriesgar la vida te hace más grande que otros. Vivir es cuidarse, respetarse y respetar. Es tomar decisiones, sean cual sean las consecuencias.

Me repito a mí mismo que la vida no es otra cosa que la toma constante de decisiones. Un niño humillado vive siempre dentro de una tormenta. La soledad lo consume tanto que muchas veces solo puede escuchar su llanto. Si en vez de maltratarlo le dieras un abrazo, eso sí, te aseguro, te haría sentir verdaderamente grande.

Tu actitud sería tomada de ejemplo, y si muchos entienden, otros aprenderán, y otros tantos cambiarán su llanto por sonrisas. Entonces, estaríamos construyendo un mundo mejor.

Hoy decidí no correr con la moto, decidí no maltratar a nadie, de tu decisión dependerán muchas cosas, cosas que quizás no veas, pero la recompensa será buena, aunque solo sea estar bien contigo mismo. No hay cosa mejor.

Se crece cuando se hace lo correcto. Cuando tus actos están en sintonía con lo bueno. Acercate a la gente buena. Escuchá consejos y viví pleno. Lo demás, bueno lo demás es puro cuento, pero claro, esa... esa es otra historia.

Etiquetas: #grandeza#ve

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