A nivel país según estudio realizado por el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), tenemos aprox. 250.000 pequeños productores agrícolas, distribuidos en los departamentos donde se observan los mayores bolsones de pobreza (Concepción, Caazapá, San Pedro, Caaguazú).

El próximo gobierno deberá tener como objetivo y meta primaria abocarse de lleno a un trabajo de reingeniería y fortalecimiento económico, financiero y productivo de los mismos, que siguen abandonados, haciendo que no puedan superar la línea de extrema pobreza en que se encuentran.

Precisan de un apoyo técnico “in situ” integral de parte del MAG, que los orienten a cómo poder diversificar sus líneas de cultivos, y hacer mucho más productiva y rentable la superficie que cada uno dispone, subutilizado en muchos casos por desconocimiento y falta de recursos.

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En su gran mayoría se dedican al cultivo de hortalizas y frutas que les reditúan ingresos solo en una parte del año, siendo el objetivo principal, de ser posible, que puedan tener los los 365 días, única vía que les permitiría poder superar la angustiosa situación económico-financiera en que se encuentran, y que hace que cada año se manifiesten viniendo a nuestra capital a solicitar al Gobierno una mayor asistencia, condonación o refinanciación de sus deudas contraídas, pues no cuentan con la capacidad de repago para hacer frente en tiempo y forma a sus compromisos contraídos.

Pero no todo se remite al aspecto productivo, pues otra de sus imperiosas falencias se refiere a la falta de educación financiera, que les permitan poder manejar en forma mucho más eficiente los recursos generados por sus diversos renglones de cultivo y que paralelamente puedan acceder a una caja de ahorros dentro del sistema financiero, incrementándose así los niveles de inclusión que mucho bien les harán.

La Cámara de Senadores había recomendado al Gobierno Nacional que a través de la cal agrícola producida por la Industria Nacional de Cemento puedan coadyuvar con estos productores para que la fertilidad de sus tierras de cultivo sean lo más productivas posible, lo cual también hace poco se ha concretado a través de la donación de 450 Tn, realizadas por Cemento Concepción(Cecon), a la Gobernación de Paraguarí que ojalá pueda ser traslativo a los demás departamentos muy necesitados(Concepción,Caazapá,San Pedro y Caaguazú).

Uno de los objetivos del próximo gobierno deberá ser que estos productores puedan aglutinarse en pequeñas cooperativas de producción, para que sean ellos mismos quienes negocien la venta de sus productos a los compradores finales, eliminándose así la intermediación, quienes sin mucho esfuerzo, desde hace años se han venido llevando la parte “más sustanciosa de la torta”.

Con ello, estos productores tendrán la posibilidad potencial de obtener mayores ingresos que les permitan ver más fortalecida su posición económico-financiero-patrimonial.

Cuantos cientos de jóvenes, hijos de estos labriegos, siguen viéndose en la necesidad de migrar hacia ciudades del departamento Central o mismo a nuestra capital en busca de trabajo, pudiendo evitarse si existe la proactividad, profesionalismo y visión de futuro de nuestros gobernantes, quienes de lograr todos los objetivos precedentemente expuestos, muy bien podrían convertirse en exitosos microempresarios con sus progenitores.

El Ministerio de Agricultura y Ganadería deberá seguir en manos de un técnico idóneo y capaz, que tenga la suficiente capacidad de delegar responsabilidades en sus técnicos para que en forma permanente asistan de cerca a estos productores, permitiéndoles ser competitivos y rentables.

No hay “recetas mágicas”. Solo se precisa de sentido común y ganas de trabajar en forma profesional y ordenada, con objetivos y metas claras, en forma profesional, inteligente, idónea y sobre todo mucha actitud y patriotismo.

Paraguay es uno de los mayores productores de alimentos a nivel mundial y qué mejor que estos pequeños productores agrícolas sean actores fundamentales, que les permitan crecer y fortalecerse no solo a nivel de nuestro mercado doméstico, sino también “abonando el terreno” para que puedan crecer hacia afuera.

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