“Duele decirlo, pero hay que decirlo”
- Por Pablo Alfredo Herken Krauer
- Analista de la economía
- Email: pabloherken@yahoo.com
En diez meses acumulados del 2022 las remesas remitidas por nuestros compatriotas que trabajan y viven en el exterior (dinero enviado a sus familiares en nuestro país) sumó US$ 397,5 millones, con una disminución del -0,8% con respecto a igual período del año pasado (US$ 400,5 millones). En el año de la pandemia (2020) el ingreso fue el menor desde el 2015: US$ 461 millones. Y el récord anual se registró en el 2017: US$ 587 millones. De España proviene el mayor monto de dinero (59%), de Estados Unidos (20,4%) y de Argentina (5,4%). Para los compatriotas que viven y trabajan en el vecino país, la situación ha venido siendo patética por la permanente crisis económica y los muchos controles de cambio y las trabas para sacar dinero del país y poder enviarlo a sus familiares. Sin olvidar la tremenda pérdida de valor del dinero argentino por la inflación y por la devaluación. De US$ 133 millones en el 2017 el dinero proveniente de Argentina cayó a US$ 31 millones, con lo cual quedó atrás su peso en el total del 22% para el actual 5,4%. Debemos destacar que este dinero es sumamente clave para muchas familias, en general las de menos recursos económicos. A nivel mundial, veamos el último informe del Banco Mundial.
Las remesas a los países de ingreso bajo y mediano enfrentaron factores adversos en el ámbito mundial en el 2022, pero experimentaron un crecimiento aproximado del 5%, hasta alcanzar los US$ 626.000 millones. Esta cifra es muy inferior al aumento del 10,2% que se registró en el 2021, según la reseña sobre migración y desarrollo publicada en forma más reciente por el Banco Mundial. Las remesas son una fuente esencial de ingresos para los hogares de los países de ingreso bajo y mediano. Alivian la pobreza, mejoran los resultados nutricionales y están asociadas a un mayor peso al nacer y tasas de matriculación escolar más elevadas entre los niños de hogares desfavorecidos. Los estudios indican que las remesas ayudan a los hogares receptores a fortalecer su resiliencia, por ejemplo a través del financiamiento de una vivienda más adecuada, y les permiten afrontar las pérdidas después de un desastre.
Se estima que las remesas a la región de Asia oriental y el Pacífico han aumentado un 0,7% hasta alcanzar los US$ 134.000 millones en el 2022, poniendo fin a la disminución de los dos años anteriores. La escasez de mano de obra en los sectores de hotelería y salud de las economías de ingreso alto y el aumento de los precios del petróleo que benefició a los países del Consejo de Cooperación del Golfo impulsaron la demanda de trabajadores en el 2022, lo que contribuyó al aumento de las remesas. Por otra parte, se calcula que los flujos de remesas a Europa y Asia central han aumentado un 10,3%, hasta alcanzar los US$ 72.000 millones en el 2022. El aumento de los precios del petróleo y la demanda de trabajadores migrantes incrementaron el flujo de remesas de Rusia a los países de Asia central.
Se estima que las remesas a América Latina y el Caribe han aumentado un 9,3% en el 2022, hasta alcanzar los US$ 142.000 millones. Los datos correspondientes a los primeros nueve meses del 2022 indican un aumento del 45% para Nicaragua, un 20% para Guatemala, un 15% para México y un 9% para Colombia. El crecimiento del empleo de los migrantes latinoamericanos en Estados Unidos contribuyó a los flujos de remesas. A su vez, las remesas recibidas por migrantes en tránsito también contribuyeron a flujos sólidos en México y América Central. Las remesas, como porcentaje del PIB, superaron el 20% en El Salvador, Honduras, Jamaica y Haití. En el 2023, es probable que las remesas tengan un crecimiento más moderado, del 4,7%, debido a las perspectivas económicas menos favorables en Estados Unidos, Italia y España. Se calcula que las remesas a los países en desarrollo de Oriente Medio y Norte de África han aumentado un 2,5% en el 2022, hasta alcanzar los US$ 63.000 millones, en comparación con un crecimiento del 10,5% el año pasado. Las remesas a Asia meridional registraron un aumento aproximado del 3,5%, hasta llegar a los US$ 163.000 millones en el 2022. Reitero mi valorización: las remesas son el mejor dinero que llegan a un país, no es deuda, no pasa por manos del Gobierno, y el dinero va directo al necesitado indicado. Lo mejor para países pobres y corruptos. Was gesagt werden muss, muss gesagt werden. Duele decirlo, pero hay que decirlo.