Los significados ayudan a comprender aquello que se presenta. La visión acerca de lo que sucede requiere de la ampliación emotiva que se apropia del quehacer. Lo que se valora tiene una extensión cuyos parámetros suelen ser inconmensurables. De alguna forma, siempre se manifiesta lo que impulsa a avanzar. La máxima expresión significativa es la vida misma.
Para el maestro Viktor Frankl (1905-1997), el hombre no se centra en sí mismo, sino en algo o alguien a quien servir o amar. En su obra titulada “El hombre en busca del sentido último”, expone en el capítulo 8 la teoría de la motivación que pregona la logoterapia, siendo esta la tercera escuela vienesa de psicoterapia, que propone que la voluntad del sentido es la motivación primaria del ser humano.
En la búsqueda de significados, se encuentra una de los más nobles desafíos de vivir. Es en esa profunda raíz desde donde surgen las consecuencias futuras. Al darle atención al otro o a lo que se hace, uno se olvida de sí mismo, generándose la entrega hacia esa tarea o sujeto, aunque al decir de Frankl cuanto más se implique o se deje absorber por algo o alguien diferente a sí mismo, más se vuelve él mismo. Y cita un ejemplo concreto: “Es el del niño que, absorto en su juego, se olvida de sí mismo y en el momento de hacerle una foto; si esperas a que el niño se dé cuenta de que le estás haciendo una foto, congelará su cara, mostrando una autoconciencia totalmente innatural en lugar de su gracia natural”.
Lo que es simple y no forzado tiene un impacto sin igual entre quienes socializan. Esta coloquial influencia produce razones constantes para entablar nuevos vínculos. En ese foco especial abocado al otro o a algo se materializa la realización del existir. Es ahí donde el sujeto se siente vivo entre sus contemporáneos y decide involucrarse, aprender y crecer.
El doctor Frankl sostiene que esa entrega dirigida hacia algo o alguien es una característica de la existencia humana y la llamó autotrascendencia, y consideró que la autoactualización es el producto final no intencionado de la autotrascendencia. Y ahonda sobre el tema expresando: “Así como la autoactualización solo puede obtenerse a través de un desvío, a través de la satisfacción de un significado, la identidad solo está disponible a través de la responsabilidad, siendo responsable de esa satisfacción de significado”.
Se siembra con vitalidad en territorios afectivos donde se fomenta de forma espontánea, llana y abierta el respeto hacia el otro, el estímulo positivo de sus proyectos, la admiración de sus actos y la colaboración en los entornos donde se habita.
Este artículo recorre sucintamente algunos de los tópicos en los cuales se basan las jerarquizaciones lingüísticas con el fin de desmontar algunos prejuicios comunes en torno a la aptitud de las lenguas y sus hablantes.
Uno de los pilares teóricos en que se ha fundado el imaginario hegemónico sobre el estatus de las lenguas es la hipótesis de Sapir-Whorf, derivada de las ideas de los lingüistas estadounidenses Benjamin Whorf y Edward Sapir. Según estos autores, el lenguaje determina los modos de pensamiento. A partir de esto se sostiene que cuanto más expresiones tenga una lengua más apta será para generar formas complejas de pensamiento y, en contrapartida, la ausencia de una palabra para nombrar algún concepto imposibilita la capacidad de pensar tal o cual representación lógica.
Esto directamente implica hacer una jerarquía entre las lenguas en proporción a su repertorio léxico. Esta posición, a la que se conoce como determinismo o mentalismo lingüístico, sostiene que la lengua constriñe el pensamiento a tal punto de que al carecer de determinadas expresiones esos conceptos serían impensables dentro de ese universo, puesto que las gramáticas conducen los procesos mentales.
Sin embargo, en oposición a esto podemos notar que muchas sociedades que no conciben la autonomía del campo artístico no poseen una palabra para nombrar el arte, lo cual no significa que no realicen asociaciones o vivan experiencias asimilables a un tipo de goce estético.
Esto más bien refleja que el arte no era una actividad separada de la vida y que, por lo tanto, no se precisaba abstraerse de él para nombrarlo, puesto que tan arraigado se encontraba con la existencia cotidiana que pasaba como un aspecto más de ella. Además, por supuesto, de la fuerte vinculación del arte con la ritualidad religiosa a tal punto que resulta difícil desvincularlos.
NECESIDADES Y CAPACIDADES
Así también, existen lenguas que no tienen términos para números superiores al cinco y esto se ha presentado como un indicio de supuesta precariedad lingüística. El antropólogo Marvin Harris, al interrogarse sobre la posibilidad de que existan lenguas superiores, analiza las necesidades culturalmente establecidas en cuanto a la disponibilidad de fórmulas que especifiquen o generalicen las cantidades numéricas.
Ante el hecho de que muchas sociedades preindustriales hayan agrupado las cantidades en denominaciones genéricas tales como “poco”, “mucho” o “demasiado” y que, en contrapartida, las lenguas europeas cuenten con sistemas más específicos, se han construido nociones de prestigio social sobre las que Harris afirma:
“Estas evaluaciones no tienen en cuenta que hasta donde un discurso es específico o general refleja la necesidad culturalmente definida de que sea específico o general, no de la capacidad de la propia lengua para transmitir mensajes sobre fenómenos específicos o generales (...). La ausencia de cifras elevadas normalmente significa que existe poca necesidad y pocas ocasiones en las cuales es útil especificar de manera precisa estas grandes cantidades. Cuando estas situaciones se hacen más corrientes cualquier lengua puede solucionar el problema de la numeración repitiendo el término mayor o inventando nuevos términos”, expone en su obra “Antropología cultural”.
Para ejemplificar esto último, el autor menciona que un individuo de una sociedad simple puede nombrar e identificar entre 500 y 1.000 especies de plantas, en tanto que una persona de la ciudad apenas de 50 a 100, pues el repertorio de esta versa más bien sobre denominaciones genéricas como planta, árbol, flor, etc.
BILINGÜISMO Y DIGLOSIA
Ahora bien, tomando como punto de referencia el uso de las lenguas se ponen de manifiesto algunas de las principales asimetrías en el seno de nuestra sociedad. El castellano es considerado el karai ñe’ê, “la lengua del señor”, y el guaraní es el ava ñe’ê, “la lengua del indio”. Y ava es un término despectivo, algo que se asocia a todo lo indeseable. Como sociedad colonial sigue fuertemente arraigada la idea de que para ser “civilizados” hay que dejar de ser “indios”.
En este sentido, Bartomeu Melià sostiene que en nuestro país no existe bilingüismo, pues este no implica la sola coexistencia de dos lenguas y que, por lo tanto, lo que se verifica efectivamente es diglosia. En un contexto más general, también se registran casos de poliglosia o multiglosia, puesto que dentro de las propias lenguas indígenas existe una hegemonía del guaraní en relación con otras que incluso están al borde de la desaparición.
Por ello, Melià asevera que “el estado de las lenguas en América es uno de los mejores indicadores de lo que ha pasado con las sociedades americanas”. Si la conquista empezó por la ocupación del territorio, la ocupación de la lengua es, en última instancia, su culminación definitiva. Más aún, para este autor ningún proceso de dominación es tal en tanto no se constituya en una dominación por la lengua y a través de la lengua.
Este autor advierte sobre el ejercicio de la dominación sobre una lengua a partir de la limitación de su uso a los contextos coloquiales y su exclusión de los ámbitos de la cultura.
“La moderna lingüística estructural admite generalmente que nosotros no hablamos una lengua, sino que somos hablados por la lengua. En consecuencia, un pueblo que se des-lengua es un pueblo que se des-piensa, se des-dice y, finalmente, se des-hace (...). Ahora bien, el alingüismo es por desgracia un fenómeno posible. (...) Una lengua pasa a ser dominada cuando se la relega al coloquio íntimo y se le niega vigencia en lo que se ha dado en llamar el mundo de la cultura”, escribe en “Una nación, dos culturas”.
Ha’e, “ser” y “decir” en guaraní. Palabra y alma, una misma entidad. Por consiguiente, negar el uso de la palabra propia mediante la asimilación forzada y la imposición de una lengua ajena es negar el mismo derecho a la existencia a estas sociedades.
Convoca a involucrarse, a estar en acción, a dar algo al respecto, y de diferentes maneras trata de marcar la importancia de la singularidad que lo pregona. El hecho de encuadrar acarrea tantas significaciones que invita a sumergirse en el mismo, dado que a su manera impacta cotidianamente en cada vida. Para situar un acontecimiento hay que identificar las variables que lo hacen posible. El conocimiento es un factor decisivo para poder entender las razones por las cuales ha sucedido o acontece en el presente. Es que al conocer, por ejemplo, se pueden establecer las condiciones que se requieren para asumir un compromiso o para realizar una actividad específica. Todo apunta a que al encuadrar se puede ordenar algo que así lo requiere. Pero para que ello sea factible hay que tener claro qué se quiere asignar de tal forma. Es una tarea que necesita dedicación temporal porque se asienta en las intenciones que llevan a encasillar tal o cual quehacer. No hay que temerle al asunto de circunscribir lo que se quiere y sí hay que valorar el alcance de las precisiones que permitan darle solidez estructural.
Para poder interpretar hay que considerar la existencia de la flexibilidad. Por eso palabras como encuadrar, situar, establecer, ordenar, asignar y circunscribir pueden ser elementales para darle espacio y protagonismo a ensanchar, agrandar, extender, ampliar, acrecentar o, de acuerdo a la cuestión que se trate, quizás sea apropiado achicar, acortar o disminuir; unos y otros vocablos pueden darle un cause diferente a lo que se estipuló inicialmente o a lo que hasta ahora está pasando. Paul Watzlawick, (1921-2007), filósofo y psicólogo austríaco, consideraba vital la posibilidad de reencuadrar un episodio a través de la modificación del ángulo por el cual es percibido, facilitando de esa forma la construcción de otro marco que permita darle un nuevo sentido.
A veces en la vida un pequeño desplazamiento puede generar un gran cambio, por lo que para ser flexible no es necesario abandonar o menospreciar lo hecho, es que se trata de aceptar que se puede seguir aprendiendo. Y en ese constante crecer es prácticamente inevitable reencuadrar criterios y modos conductuales. Aquí vale decir que en ocasiones los antónimos de encuadrar serán una opción a tener en cuenta, es el caso de los términos desarmar o salirse. En cada fenómeno que acontece es amplísima la gama de consecuencias que pueden ocurrir.
Hay encuadres que duran toda una vida. En algunos casos los momentos tratan de ser recordados a través de un cuadro que enmarca una imagen, una frase o una situación que han quedado simbolizados por medio de ese ornamento visible que se muestra en algún espacio determinado. También estos enmarcados ayudan a reencuadrar aquellos episodios y sirven para estimular lo que se vive y lo que se aspira vivir.
Paraguay insiste a Argentina con realización de un estudio técnico
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Desde el 1 de enero está vigente en el tramo puerto de Santa Fe-Confluencia de la hidrovía un peaje de US$ 1.47 por tonelada de embarcación, impuesto de forma unilateral por la República Argentina. La posición paraguaya es que no existe una contraprestación de servicio que justifique el cobro. Por ende, las autoridades nacionales insisten con el vecino en que se realice el estudio técnico para verificar si existe un motivo para la aplicación de la tasa, así lo confirmó el viceministro de Relaciones Económicas e Integración, Enrique Franco.
“Estamos insistiendo en la conversación del trabajo técnico bilateral”, explicó el viceministro en comunicación con “Así son las cosas”, programa emitido por Universo 970 AM/Nación Media. El estudio debe ser realizado por el Ministerio de Transporte de Argentina y el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) de nuestro país.
El encargado de insistir en el estudio técnico es el jefe de Misiones en Buenos Aires, Juan Ramón Cano, señaló. “Quedó pendiente una reunión técnica entre el Ministerio del Transporte y el MOPC, los que deben realizar el estudio y contrastar si hubo la prestación de un servicio, nosotros entendemos que no y que naturalmente se puede navegar por el tramo que se quiere cobrar”, explicó Franco.
El viceministro indicó que es importante escuchar la argumentación argentina a modo de llegar a un acuerdo respecto a si existe o no una contraprestación de servicio en ese tramo.
La realización del censo mostró una ineficiencia más del Gobierno
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El miércoles último se realizó el Censo Nacional, que se llevó a cabo en un día especialmente feriado para dar más facilidades para la recolección de los datos. Encerrados en sus hogares, más de 7 millones de individuos que moran en casi 2 millones de viviendas de todo el país esperaron a los censistas para esta jornada muy especial. Pero debido a una serie elementos, como la mala organización, gran cantidad de viviendas no fueron visitadas y miles de personas aguardaron en vano a los encuestadores que no llegaron. Los no censados hicieron escuchar y ver sus quejas en los diferentes medios de comunicación, especialmente a través de los mensajes en las redes sociales.
Mientras el presidente Mario Abdo visitaba por segunda vez Europa en menos de 10 días, ahora fue a Alemania, aquí no faltaron las burlas y críticas contra el mandatario, señalando que el censo mal hecho es otra muestra más del fracaso de su gobierno. Y no sin razón, porque la anunciada encuesta nacional que tuvo una fuerte publicidad previa dejó una deplorable sensación de fiasco, una más del Presidente, que prefirió viajar a Europa en vez de quedarse en su casa, como se obligó por ley a todos los habitantes del país.
La gran cantidad de llamadas de personas reclamando la presencia de los censistas o quejándose porque no fueron visitadas se hizo sentir en el número 911, que es el teléfono destinado por la Policía Nacional para reclamos relacionados a la seguridad pública. Y también el número 178 que el Instituto Nacional de Estadística (INE) instaló para recibir llamadas por la actividad del día estuvo rebasado. Fuentes de la Policía señalaron que recibieron 4.668 llamadas el día del censo y que 2.447 de ellas, solo de Asunción y Central, fueron de personas que se quejaban porque el censista no llegó a su casa. Tan solo en Pilar, la capital del Ñeembucú, hubo 1.200 viviendas sin censar.
Hasta las 18:00, en la capital y en las principales ciudades del país, la mayoría de las calles estuvieron silenciosas, los grandes centros de compras, supermercados y lugares públicos que habitualmente están abarrotados de gente estuvieron sin movimiento. Una situación de quietud casi total, que no se da ni en los feriados más grandes, se apoderó de todo el Paraguay.
Hubo duros cuestionamientos por el feriado impuesto y la inmovilidad general que dejaron prisioneras y sin posibilidad de trabajar a muchas personas que tienen que laborar en el día a día para poder alcanzar su sustento. La inactividad económica alcanzó a las fábricas, a los comercios, a los servicios de transporte público y a innumerables negocios que por dicho motivo perdieron dinero. Al paralizarse gran parte de la actividad productiva y comercial, el país se vio perjudicado en un alto porcentaje, que es uno de los aspectos más cuestionables del feriado del censo. Un día que no se trabaja es una jornada que no se produce y no se gana dinero, por lo que es una pérdida. De acuerdo con el cálculo realizado por empresarios, el día no trabajado representa para el país una pérdida de 150 a 200 millones de dólares.
Se podría haber realizado el censo sin llegar a semejante costo económico para el país, como muchas veces se ha hecho en el pasado, pautándolo para un domingo.
Los datos que se obtengan en la colecta estadística son informaciones de gran importancia para el país porque servirán para realizar un diagnóstico más acertado de la realidad nacional en sus diferentes aspectos. En ese sentido será un instrumento útil para conocer la situación de la gente, para hacer una mejor planificación, encarar nuevas políticas públicas, con las correcciones de los proyectos en ejecución. Sobre todo, en áreas sensibles como los sectores sociales, la salud, la educación, la vivienda, el trabajo, entre los principales.
Por ello es que las falencias registradas en la realización del censo son lamentables. Ya que pueden poner en duda la veracidad de los datos y la seriedad de las informaciones obtenidas. El censo le cuesta al país 43 millones de dólares que se tienen que devolver con intereses al BID, y no se puede tolerar que sea un fiasco más por la ineficiencia del Gobierno.