Ha llegado. Es hoy. Las internas simultáneas nos permiten definir en un mismo día gran parte de lo que podría darse en las generales de abril del 2023, e incluso si nos basamos en todas las encuestas en que se miden proyección de escenarios y competitividad de candidaturas se estaría definiendo ya al sector político que comandará nuestro país los próximos cinco años. Al menos de confirmarse el resultado que muestran las mediciones.
Las elecciones de hoy se dan en medio de particularidades que las distinguen de anteriores internas en las que había un grado muy distinto de definición de futuros posibles. A pesar de su complejidad a la hora de la operatividad, la idea del voto preferencial motivó perfiles que con las listas cerradas ni siquiera hubieran hecho el intento. De la mano y como una consecuencia vino el uso de las máquinas de votación, las papeletas con el desbloqueo harían del escrutinio en las mesas un dolor de cabeza. La llegada de un país vecino a la final del mundial es otra realidad que hace a todo lo que rodea a la jornada.
Las mediciones muestran que en el caso de darse una victoria de los candidatos de Honor Colorado, “Santi” Peña y Pedro Alliana, hay altas chances de que la Asociación Nacional Republicana se mantenga en el poder triunfando en abril del año que viene ante un eventual enfrentamiento con la dupla Alegre-Núñez. A la par, sería diferente en el hipotético de que sean los candidatos del oficialismo quienes se alcen hoy con la victoria, estos serían derrotados en las generales y el Partido Colorado perdería el poder. Con el conocimiento de este dato, quienes trabajan en tropa y territorio irán hoy a buscar al electorado y si hay algo que se le puede endilgar a los colorados es su vocación de poder. El desgaste que implicó la administración actual para el partido de Bernardino Caballero fue alto, pero se creería que sería superior la aspiración de seguir siendo gobierno.
Además de las diferencias de los modelos en disputa, de las cuales ya se habló en toda la campaña, lo que se juega hoy es el poder en sí mismo. Una disputa tan antigua como la política misma y así como ella, permanece vigente. Aunque le pese a algunos.