“Duele decirlo, pero hay que decirlo”
- Por Pablo Alfredo Herken Krauer
- Analista de la economía
- Email: pabloherken@yahoo.com
El martes pasado, un titular circulaba en el escenario internacional: “Fitch afirma a Paraguay en ‘BB+’; Perspectiva estable Martes 22 Noviembre 2022 Fitch Ratings - Nueva York. Fitch Ratings ha confirmado la Calificación de Emisor de Moneda Extranjera a Largo Plazo de Paraguay en ‘BB+’ con una Perspectiva de Calificación Estable”. Más claro: sin cambios con respecto al 2021 en nota y tendencia. Haciendo un poco de historia, la principal calificadora Standard & Poor’s en mayo del 2022 mantuvo la calificación de la deuda soberana paraguaya en ‘BB’, con perspectiva “estable”. El país se ubica a dos peldaños del grado de inversión, según el rating de S&P. La otra calificadora Moody’s Investors Service en julio del 2022 conservó la nota de Paraguay en Ba1 (a un escalón del investment grade), pero mejoró la perspectiva a positiva (de estable). Y Fitch Ratings, en noviembre del 2022, mantuvo la calificación de Paraguay en BB+ (a un peldaño del grado de inversión) con perspectiva estable. Cuando candidateaba en el 2017, Marito prometió lograr el grado de inversión para Paraguay, y casi odiaba la emisión de bonos soberanos en el exterior. Incumplió: sin grado y emisión de bonos soberanos por US$ 3.276,5 millones. ¿Qué dice Fitch en su informe?
Calificaciones afirmadas, perspectiva estable: Las calificaciones de Paraguay reflejan su historial de políticas macroeconómicas prudentes y consistentes, baja deuda pública en relación con sus pares calificadores y robusta liquidez externa. Sus calificaciones están limitadas principalmente por indicadores débiles de gobernanza, un mercado de capitales local poco profundo que reduce la flexibilidad del financiamiento fiscal, y la vulnerabilidad a los choques climáticos adversos reflejados en la alta volatilidad del PIB. Sequía severa afecta el crecimiento: Una sequía histórica durante la cosecha agrícola 2021-2022 afectó severamente la producción de soja (una pérdida del 60%). Esto llevó a una fuerte revisión a la baja en nuestro pronóstico de crecimiento para 2022, del 4% a fines de 2021 al -0.3% actual. El índice mensual de actividad ha comenzado a mostrar cifras positivas (4% interanual a setiembre). Fitch espera que el aumento de la generación hidroeléctrica, los niveles más altos de agua para el transporte y las expectativas de una cosecha más normal en 2022-2023 impulsen una fuerte recuperación en la segunda mitad del año.
Las grandes inversiones respaldan el repunte: Fitch pronostica un crecimiento del 5,8% en el 2023, en ausencia de una nueva sequía en la temporada de crecimiento 2022-2023. Los grandes proyectos de inversión, como la planta de celulosa Paracel (la mayor inversión de la historia del país con más de US$ 3 mil millones), apoyarán el crecimiento en 2023-2024. El sector de la maquila también continúa mostrando un rápido crecimiento (25% anual), apoyando una importante diversificación de la economía, especialmente porque las sequías pueden volverse más frecuentes y severas en el futuro como resultado del cambio climático.
Es probable que las elecciones de 2023 reflejen continuidad: Paraguay celebrará elecciones presidenciales en abril del 2023. Fitch espera la continuidad de la política económica en general, cualquiera sea el resultado, y la postura de preservar una relativa prudente política fiscal. En términos generales, espera que se mantenga la continuidad de las políticas independientemente del resultado y que se mantenga una orientación fiscal relativamente prudente. La reciente incorporación en la lista negra del Gobierno norteamericano de figuras claves del Partido Colorado, con acusaciones de corrupción, ha dado vuelta la carrera electoral, con la remoción de uno de los principales candidatos. De todas formas, hasta ahora, ello parece no haber conducido a una reacción negativa contra el Partido Colorado ni presentado desafíos a la gobernabilidad.
La consolidación fiscal continúa: Fitch pronostica un déficit del 3,2% del PIB en 2022, ligeramente por encima del objetivo del 3%, pero por debajo del 3,6% en los 12 meses hasta octubre. El crecimiento de los ingresos ha sido fuerte (10% hasta octubre), respaldado por una fuerte recaudación de impuestos reflejando la alta inflación y los rendimientos adicionales de una reforma tributaria de 2018. El gasto corriente se ha enfrentado a una presión al alza (hasta un 8% hasta octubre) debido a los aumentos en los salarios y una mayor carga de intereses. El gasto de capital se mantiene por encima de los niveles previos a la pandemia y podría ser la variable de ajuste en los últimos meses del año para alcanzar la meta de déficit fiscal.
Convergencia a la meta fiscal: El Gobierno apunta a un déficit del 2,3% del PIB en su presupuesto propuesto para el 2023 y tiene la intención de volver al límite de déficit del 1,5% del PIB establecido en su Ley de Responsabilidad Fiscal para el 2024. Es probable que lograr esto dependa de recortes en el gasto de capital, dado el apetito limitado por nuevas reformas tributarias, presiones salariales y mayores costos de endeudamiento. Fitch considera que volver a la regla fiscal es importante para preservar la credibilidad fiscal, que se ha visto socavada en cierta medida después de varios años de desviación de la regla tanto antes como después de la pandemia. Fitch no espera al presente cualquier ganancia inesperada o extra para el Gobierno en su pronóstico de la renegociación del anexo C del Tratado de Itaipú que determina el esquema de precio de venta de la energía de la represa hidroeléctrica, en el 2023.
Evaluación GAFILAT aprobada: Paraguay aprobó la evaluación del Grupo de Acción Financiera de América Latina (GAFILAT) de los problemas ALD / CTF este año, evitando la llamada “lista gris” y los riesgos de reputación asociados y reflejando positivamente la capacidad institucional a pesar de los persistentes desafíos de gobernanza. Was gesagt werden muss, muss gesagt werden. Duele decirlo, pero hay que decirlo.