- Por Eduardo “Pipó” Dios
- Columnista
La elección anticipada y a las apuradas del nuevo titular de la Fiscalía General del Estado es el hecho más vergonzoso protagonizado por el Consejo de la Magistratura en toda su vergonzosa y lamentable historia.
La desvergüenza absoluta reina en el bloque oficialista, literalmente al servicio del delincuente Mario Abdo Benítez, sin asco, ni el menor decoro. Si bien uno ya no debería esperar nada bueno de una institución que nunca estuvo a la altura de las necesidades de la República, y menos aún de un trío de facinerosos liderado por un ex ministrejo rastrero de Justicia de oscuros antecedentes, que de hecho es un sujeto puesto por el ladrón y genocida en jefe de la República justamente por su genuflexión y lealtad, el diputado “nudista” y el senador/atajacarteras de la facinerosa y corrupta Gata Flora, uno, allá en el fondo, esperaba un mínimo de decoro del presidente del Consejo, Óscar Paciello (hijo, nunca más necesaria la aclaración de modo a no meter en esa conducta lamentable a un señor del Derecho y de una honorabilidad a prueba de fuego, como lo fue su padre, a quien poca honra le hace, lamentablemente).
El descaro de Paciello demostrando su compromiso con el mafioso titular del Ejecutivo hace pensar que su conducta es más que sospechosa de tener algún oscuro trasfondo. ¿Por qué? Qué gana Paciello con este nuevo atropello, pero que comparado a los anteriores hechos lamentables producidos por el nefasto organismo que preside, es peor que la suma de todas las farsas anteriores.
Nada es gratis, nada es porque sí nomás, el descaro y lo evidente de su actitud parcialista y violando la Constitución y hasta el anticonstitucional y lamentable reglamento en que tratan de escudarse terminan de evidenciar y dejar en claro que el Consejo debe ser disuelto, la Constitución revisada y reformada y mandar a su casa a estos personajes para quienes el derecho y la justicia son simplemente una herramienta para hacerse cada día más ricos.