Analistas de la calificadora de riesgos internacional Fitch Rating mantuvieron recientemente una reunión con el ministro de Hacienda como parte de los preparativos previos a la visita que realizan cada año los miembros del Comité de Créditos de la misma a nuestro país.
En dicha reunión abordaron con Llamosas aspectos primarios que hacen a nuestra perspectiva desde el punto de vista fiscal y económico, que les permitan contar con el cúmulo de informaciones de base necesarias para la elaboración del Informe de Calificación de Riesgos, que incluye los principales aspectos de orden cualitativo y cuantitativo que posteriormente nos llevarían a la definición de nuestra potencial calificación de Solvencia y Tendencia para los próximos 12 meses, si bien los seguimientos/monitoreos a nivel macro y microeconómico son realizados como mínimo 2 veces por año por estas empresas.
Además del ministro de Hacienda, también mantuvieron reuniones de trabajo con otras instituciones públicas que desempeñan un rol primario dentro de nuestra economía, incluido el proceso de reforma, como el Banco Central del Paraguay, entre otros.
En manos del Comité de Créditos de Fitch Rating estará la responsabilidad de la asignación de la calificación de Solvencia y Tendencia en función a los diversos aspectos que forman parte de su metodología de análisis y que son abordados dentro del contexto de sus informes, basados en las informaciones previas del trabajo de campo que les faciliten los analistas de riesgo de dicha empresa, quienes son los responsables de elaborar el informe completo de los principales aspectos que hacen a nuestro riesgo-país.
Señalaron que los principales temas a ser abordados están relacionados con las perspectivas económicas y fiscales a nivel país en el mediano plazo.
Según su perspectiva, nuestro nivel global de endeudamiento (externo y doméstico) es aún reducido, lo cual no lo comparto, pues para un país pequeño como el nuestro, haber incrementado la deuda en casi 85% versus el 2018, llegando a la fecha a aproximadamente US$ 15 mil millones, y en proceso solicitudes de tomar nuevas deudas, podríamos cerrar el año con mayor cúmulo de deudas.
El experto internacional dijo que a pesar de haber enfrentado nuestro país choques externos, no han afectado nuestra estabilidad macroeconómica, lo cual es relativo, dado que la deuda creció exponencialmente, el déficit fiscal trepó al 3,6% versus el PIB, el índice de inflación ha sido el mayor de los últimos 10 años, nuestra balanza comercial en lo que va del año ha sido negativa, los niveles de desempleo se incrementaron al igual que la pobreza, siendo componentes macroeconómicos importantes.
De que para el 2023 preliminarmente se prevé un mejor año económico está por verse y ojalá se haga realidad, pero es aún prematuro aventurar pronósticos, pues varias coordenadas no están aún bien definidas, principalmente en lo que atañe al sector agrícola.
Tengamos en cuenta que seguimos adoleciendo de una debilidad estructural visible, donde la capacidad de gestión sigue siendo una de nuestras áreas críticas de riesgo de mayor incidencia.
La calidad de gestión que le pueda corresponder al gobierno que se haga cargo de la administración de nuestro país en el 2023 será decisiva, dado que el actual sigue “haciendo agua por todas partes”.
Posibilidades de potenciales inversiones extranjeras siempre siguen latentes, pero tengamos en cuenta que uno de los principales aspectos considerados por los inversionistas se refiere a la calificación de riesgo-país, que de conseguirla el próximo año, el upgrade esperado será de mucha utilidad.
Si se llega a aprobar este año un PGN equilibrado, que el plan de convergencia fiscal, de disminuir el déficit a 2,3%, muestre signos positivos y no sigamos creciendo a los actuales niveles en deudas podrían coadyuvar a que podamos aspirar al anhelado grado de inversión.
El Estado, en sus 3 poderes, precisa de una urgente reestructuración, que lo haga mucho más eficiente y eficaz, pues la burocracia imperante se constituye en uno de los principales limitantes en un momento en que la tecnología y los procesos digitales están presentes a nivel regional y de extrarregión.