• Por Felipe Goroso S.
  • Columnista político.

El atentado a la AMIA fue un ataque terrorista con coche bomba que sufrió la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el lunes 18 de julio de 1994. Con un saldo de 85 personas asesinadas y 300 heridas, se lo considera el mayor atentado terrorista de la historia argentina. Fue también el mayor ataque contra objetivos judíos ubicados fuera de Israel desde la Segunda Guerra Mundial.

Dos años antes, en marzo de 1992, la sede de la Embajada de Israel en Argentina sufría otro atentado, el saldo fue de 22 muertos y 242 heridos. El ataque destruyó completamente la sede de la embajada y del consulado. El atentado fue investigado por la Corte Suprema de Justicia, sin identificar ningún sospechoso.

Hasta el 2022, ninguna de las dos causas se ha elevado a juicio. Ambos atentados, atribuidos en nivel de sospecha al Hezbolá. La semana pasada un equipo fiscal estuvo en Ciudad del Este: Sebastián Basso, titular de la Unidad Fiscal para la investigación de la Causa AMIA, y el fiscal de Asuntos Internacionales, Manuel Doldán. El primero por el Ministerio Público argentino y el segundo por el de Paraguay. Por la reserva de las investigaciones poco se sabe de los procedimientos que se llevaron a cabo, lo que sí se sabe es que están investigando a quienes podrían haber colaborado con el atentado terrorista. Desde hace décadas y amparado en la diáspora libanesa, Hezbolá tiene en la Triple Frontera a una de sus principales bases de operaciones y fuentes de financiamiento.

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La investigación fiscal habla de que el atentado a la AMIA se decidió en Irán un año antes y que se planificó y coordinó desde la Triple Frontera y Buenos Aires. Uno de los principales buscados hasta hoy es Samuel Alreda o Samuel Salman Raouf Salman, el mismo es sindicado como quien dirige y apoya las actividades terroristas de Hezbolá en el hemisferio occidental. Como líder de la Organización de Seguridad Exterior (OSE) de Hezbolá, Salman también ha participado en complots en todo el mundo. La OSE es el elemento de Hezbolá responsable de la planificación, coordinación y ejecución de atentados terroristas fuera del Líbano. Los atentados han sido dirigidos principalmente contra israelíes y estadounidenses. En el 2019, el Departamento de Estado de Estados Unidos clasificó a Salman como terrorista global especialmente designado, la recompensa para quien otorgue información cierta sobre su ubicación es de hasta 7 millones de dólares.

Hoy el fiscal Basso da una entrevista exclusiva para Nación Media, valora la importancia de la colaboración entre ministerios públicos de América Latina a la hora de investigar crímenes de estos grupos terroristas y sus criminales atentados.

28 años después; toda la comunidad judía en general así como las víctimas, familiares de la Causa AMIA, en particular siguen buscando justicia y la participación del Ministerio Público del Paraguay está haciendo posible que la investigación siga avanzando. A veces es bueno congratularnos por una buena nueva.

“La política habla mal de nosotros porque somos quienes investigamos al poder”, es una de las frases más potentes que deja el fiscal Basso en la entrevista. En gran parte tiene razón y es lo que estamos viendo ahora en nuestro país. Esa es una de las caras de la política, esa mala palabra que empieza con p y termina con a.

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