“Duele decirlo, pero hay que decirlo”

Datos del Banco Mundial (BM) en su último informe (octubre 2022) estima para nuestra economía este año una caída del -0,3% después del crecimiento del 4,1% en el 2021 (tercera recesión con el gobierno actual). Solo Haití tendría un peor desempeño con un bajón del -1,5%. Afortunadamente proyecta una recuperación del 5,2% para el 2023, pero con advertencias. He aquí partes del informe: “Las políticas macroeconómicas sólidas han beneficiado a la economía de Paraguay durante las últimas dos décadas. Del 2004 al 2019, Paraguay creció más rápido, registró déficits fiscales más pequeños y se endeudó menos que sus países pares. Fueron muy importantes las reformas institucionales, como el mecanismo de metas de inflación y la legislación de responsabilidad fiscal, ayudaron a salvaguardar la macroestabilidad y sostener el crecimiento.

La pobreza (US$ 6,85 por día per cápita, PPA del 2017) se redujo del 40,2% al 19,7%, mientras que la desigualdad se redujo de 54 a 46 puntos Gini durante el mismo período. Más recientemente, múltiples choques externos han ralentizado el crecimiento y la reducción de la pobreza. La economía se contrajo en el 2019 debido a las sequías y al bajo desempeño de los socios comerciales, y posteriormente en el 2020 debido a las restricciones de movilidad asociadas con el covid-19. Esto último llevó a que la pobreza aumentara al 22,3% en el 2020 a pesar de las transferencias sociales adicionales. En el 2022, se espera que la recesión inducida por la sequía y la inflación provoque que la pobreza se mantenga por encima de los niveles previos a la pandemia: 21,5%. Se necesitan reformas estructurales para impulsar la productividad y la resiliencia. Estos incluyen fortalecer la gobernanza y la capacidad para hacer cumplir las regulaciones, y gastar más en capital humano e infraestructura, especialmente para adaptarse al cambio climático. Para financiar tales inversiones, Paraguay necesita recaudar más ingresos internos de manera justa y eficiente, al mismo tiempo que mejora la calidad general del gasto público. También necesita movilizar más capital privado.

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Se espera que la economía se contraiga un 0,3% en el 2022 debido a la reciente sequía, junto con condiciones monetarias y fiscales más estrictas. Suponiendo un clima favorable durante la temporada de siembra de soja en el cuarto trimestre, se proyecta una fuerte recuperación del 5,2% para el 2023. Se espera que la inversión fija se mantenga firme a medida que avanzan las obras públicas y privadas. Se prevé que la inflación se desacelerará. En el 2023-2024, se espera que la inflación regrese al límite superior del rango meta. Se espera que las finanzas públicas sigan en la senda de la consolidación. Se han propuesto reformas para mejorar la eficiencia de la contratación pública, los salarios del servicio civil y las pensiones, pero no se han propuesto en el Congreso. Se espera que el índice de deuda aumente debido a la contracción del PIB en el 2022, pero caer después. Con la recesión y la alta inflación deprimiendo los ingresos reales disponibles se espera que la pobreza aumente al 21,5% en el 2022 (por encima de los niveles previos a la pandemia). Los efectos de la guerra en Ucrania en el crecimiento regional y la lenta recuperación de los mercados laborales pueden aumentar la pobreza. Los programas de protección social mejor focalizados ayudarían a amortiguar el impacto de futuras crisis. La recuperación proyectada puede verse afectada negativamente por el mal tiempo o por la incertidumbre política/económica a nivel nacional, así como en Brasil y Argentina. Dado que solo la mitad de la población está totalmente vacunada contra el covid-19, los brotes más graves pueden frenar el crecimiento y la reducción de la pobreza.

Was gesagt werden muss, muss gesagt werden. Duele decirlo, pero hay que decirlo.

Etiquetas: #Haití#nos#gana

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